MÉRIDA, Yucatán, miércoles 29/06/22.- Este es un juego de ajedrez en el que las armas de los dos ejércitos en pugna son trinos y vistosos plumajes como distractores, vuelos que rivalizan con la aviación bélica para atraer a los rivales al terreno deseado y afiladas garras y cortantes picos como herramientas de ataque o de defensa activa.
Por supuesto que son aves las que ocupan los bicolores trebejos en este juego de colección, tan peculiar como genial, surgido de las manos mágicas de Marta Lorena Olvera Barbosa, quien por medio de su arte en miniatura salta esta vez en defensa de las aves de la Península de Yucatán, unas emblemáticas de la región como el Toh, otras endémicas y hasta amenazadas, como el tucán pico de canoa y el flamenco rosa.
En el atractivo campo de batalla, de no más de 20 centímetros por lado y que se exhibe en una de las vitrinas de la tienda “Diagonales”, especializada en la venta de artículos ajedrecísticos, un colibrí canelo ocupa la casilla del rey en uno de los bandos en pugna, teniendo como dama al toh, especie emblemática de la región, que es uno de los grandes atractivos visuales en el turismo de avistamiento de aves.
El vistoso tucán pico de canoa personifica a las torres, el halcón esmerejón ocupa el lugar de los caballos y el martín pescador da vida a los alfiles. Como peones, el alma del ajedrez como dijera el inmortal Filidor, aparecen calandrias.
Un flamenco rosa encabeza el ejército rival, donde la dama, la pieza más poderosa sobre el tablero, es la garza bueyera. El tucancillo collerejo hace las veces de torre, codo con codo con el cardenal, cuyo canto parece oírse desde el escaque que ocupan los corceles en la posición inicial. El papamoscas es el alfil y la chara yucateca da vida a la infantería, o sea la peonada.