MÉRIDA, Yucatán, viernes 10/06/22.- Molesta porque no ha podido lograr sus fines en las más recientes elecciones, la ex priista Magda Zaldívar no duda en coquetear con Morena para lograr sus propósitos, aunque para eso tenga que venderle su alma al diablo, perjudicar a sus propios coterráneos de Celestún y propiciar ilegalidades.
Quien presta le siguió el juego fue la gobernadora de Campeche, Layda Sansores San Román, lo más rancio que tiene Morena, la parte más bruta del partido oficial, quien no dudó en trasladarse frente a Celestún y pararse en el límite entre Campeche y Yucatán a despotricar contra los yucatecos, contra su gobernador, incluso mandó a detener a trabajadores celestunenses de la salinera.
Las charcas son parte de la salinera concesionada al empresario Gaspar Marín, y se ubican en una zona de colindancia entra Campeche y Yucatán. Su actividad es legal por tratarse de una concesión que otorgó el gobierno federal.
Junto con su comadre Angélica Chávez, Magda Zaldívar le calentó la cabeza a Layda Sansores y ante el escaso intelecto de la gobernadora campechana, ésta reaccionó de forma visceral como acostumbra y aprovechó la ocasión para farolear, como le gusta.
La campechana realizó un mitin en Punta Arenas, en la zona limítrofe y más tarde, por la madrugada personal de la Guardia Nacional, junto con Profepa, detuvo a todos los empleados de las charcas en la zona limítrofe, pese a que no han cometido ningún delito.
Se trató de una franca violación a la soberanía de Yucatán, pues los oficiales entraron a un puerto yucateco (Celestún), detuvieron a los empleados de las charcas y los trasladaron a Campeche para encarcelarlos ahí, todo sin notificar a la policía yucateca o a la delegación de la Guardia Nacional en el estado.