WASHINGTON (AP), viernes 13/05/22.- El mundo pudo ver por primera vez el jueves una imagen —aunque borrosa— del agujero negro supermasivo en el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, que no es un destructor cósmico voraz, sino un “gigante benévolo”, como lo han llamado los astrónomos.
Los astrónomos creen que casi todas las galaxias, incluyendo la nuestra, tienen agujeros negros gigantescos en su centro, de donde no pueden escapar la materia ni la luz, por lo cual es sumamente difícil captar imágenes de ellos. La gravedad curva y retuerce caóticamente la luz cuando ésta se sumerge en ese abismo de gas y polvo supercalentados.
La imagen coloreada artificialmente fue distribuida el jueves por el consorcio internacional que mantiene el Telescopio Event Horizon (Horizonte de eventos), una colaboración de ocho radiotelescopios sincronizados en diversas partes del mundo. En intentos anteriores, el agujero negro de nuestra galaxia resultó demasiado acelerado para obtener una buena imagen.
Feryal Ozel, de la Universidad de Arizona, anunció la nueva imagen de lo que llamó “el gigante gentil en el centro de nuestra galaxia”.
El descubrimiento confirma la teoría general de la relatividad, porque sus dimensiones son precisamente las que indican las ecuaciones de Einstein. Las de este agujero son aproximadamente equivalentes a la órbita de Mercurio alrededor del Sol.
Los agujeros negros tragan material galáctico, pero este “come muy poco”, dijo Ozel. Es como si una persona tardara millones de años en comer un solo grano de arroz, dijo otro astrónomo.
Los científicos preveían que el agujero negro de la Vía Láctea sería violento, pero “resultó ser un agujero negro más benévolo, más colaborador del que habíamos simulado”, dijo Ozel. “Amamos nuestro agujero negro”.
“Es el león cobarde de los agujeros negros”, dijo el científico Geoffrey C. Bower, del Instituto de Astronomía y Astrofísica de la Academia Sinica de Taiwán.
Dado que el agujero negro “está en una dieta de hambre”, es muy escaso el material que cae en el centro y eso permite a los astrónomos ver más adentro, dijo Bower.
El agujero negro de la Vía Láctea se llama Sagitario A (con un asterisco hace referencia a una estrella) y se encuentra cerca del borde de las constelaciones de Sagitario y Escorpión. Su masa es 4 millones de veces la del Sol.
Esta no es la primera imagen de un agujero negro. El mismo grupo distribuyó la primera en 2019, de una galaxia a 53 millones de años luz. El agujero negro de la Vía Láctea es mucho más cercano: se encuentra a 27.000 años luz. Un año luz equivale a 9,5 billones de kilómetros (5,9 billones de millas).
El proyecto costó casi 60 millones de dólares, con un aporte de 28 millones de la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos.