MÉRIDA, Yucatán, miércoles 30/03/22.- Una ejemplar sanción de 88 años y 9 meses de prisión les impusieron a los sicarios tamaulipecos Moisés Alfredo López Jiménez, Alejandro Álvarez Sánchez y María de Jesús Reséndiz García, quienes mataron a una mujer y a un joven policía, en julio de 2021.

Ante las contundentes pruebas de ambos crímenes, en plena audiencia intermedia decidieron, de última hora, confesar y los condenaron por los delitos de feminicidio y homicidio calificado contra servidor público, ambos cometidos en pandilla.

Estos sicarios asesinaron a la ejecutiva bancaria Teresa Aurora V.C., de 39 años de edad, y al joven policía estatal Raúl Adrián C.A., de 23 años, el 23 de julio pasado.

La condena se decretó luego de que los fiscales de litigación desahogaran los documentos contenidos en la carpeta de investigación, ante la juez de control Suemy del Rosario Lizama Sánchez, por medio de los cuales se comprobó la participación de los dos hombres y la mujer.

También los condenaron al pago de la reparación del daño, les negaron los beneficios, se ordenó su amonestación pública y la privación de sus derechos políticos.

Después de la audiencia, se informó que las partes renunciaron al plazo para apelar la sentencia, de modo que ésta quedó en firme.

Los arteros crímenes fueron el viernes 23 de julio, entre las 7:20 y 7:40 horas, cuando Moisés Alfredo, Alejandro y María de Jesús sorprendieron a Teresa Aurora en la casa de ésta, ubicada en la calle 19 entre 36 y 36-E del fraccionamiento Gran San Pedro Cholul, cuando ella y su hija en brazos, de año y medio, se dirigía a abordar su automóvil.

Entre los tres la sometieron y trataron de quitarle a la menor; acto seguido, la arrastraron hasta el interior de la casa, en donde la golpearon y agredieron con un arma blanca, que le clavaron en el pecho; le ocasionaron varias lesiones que le ocasionaron la muerte.

Después, en el vehículo de la Teresa Aurora, un Yaris rojo con placas YWA-690-B, escaparon, pero los detuvo el agente policiaco Raúl Adrián, en un tramo de la carretera Mérida-Motul.

Debido a que pensaron que ya los habían descubierto y para tratar de evitar que los detuvieran, detuvieron la marcha del vehículo y descendieron, pero sólo para atacar al agente, a quien despojaron de su arma de cargo, con la cual le dispararon en diversas ocasiones, causándole la muerte, entre la maleza ubicada cerca de la carretera.

Los asesinos dejaron abandonado el auto y se subieron a una Van del transporte público de Baca, que viajaba hacia Mérida y ya en la ciudad se dividieron, los hombres fueron a la terminal de camiones del Golfo, ubicada en la calle 65 entre 68 y 70, para abordar un autobús con destino a Tamaulipas.

Sin embargo, unos ciudadanos los grabaron al momento de agredir y matar al agente y con sus imágenes se les dio seguimiento con las cámaras de vigilancia de la policía, de modo que los arrestaron antes que abordaran el autobús.

A la mujer la detuvieron en la Posada Espinosa, ubicada por el rumbo de La Mejorada, donde se habían hospedado desde el 21 de julio.

Cabe indicar que la muerte de la ejecutiva del Banco Santander se dio porque su última expareja sentimental y padre de la niña de año y medio, de nombre Omar M., no le gustaba que la ahora occisa tuviera una vida social bastante activa, pues es un fanático religioso.

Vivieron en Morelos, pero, debido a las constantes agresiones de que había sido objeto, la mujer lo abandonó y se llevó consigo a sus tres hijos, todos de distintos padres.

Unos días antes del crimen, se comunicó con ella y la amenazó, sin que se levante alguna demanda al respecto, pues la mujer sólo se lo contó a su padre y éste le dijo que estaría pendiente de ella y su nieta.

Mujer asesinada tenía tres hijos: un jovencito de 12 años (hijo de David O.G., que, como ella, nació en Yucatán y se le mencionó erróneamente como el autor intelectual), una muchachita de 9 años (producto de otra relación sentimental) y la niña de año y medio (hija de Omar M.).

Cuando ocurrió el ataque, los niños mayores vivían con sus respectivos progenitores, por la temporada vacacional.

Al parecer, el homicidio de la mujer fue ordenado a los ahora procesados, por el papá de la bebé, por lo que éstos llegaron a Mérida, desde el 21 de julio, y la estuvieron vigilando, para que al menor descuido le arrebataran a la niña, pero no contaron con que la madre opusiera férrea resistencia y por eso la asesinaron.

El presunto autor intelectual del feminicidio aún no ha sido procesado, por lo difícil que es probar su participación en el hecho.