MÉRIDA, Yucatán, jueves 25/11/21.- Luego de dos años y de la fallida ayudada que le dio una juez, al defraudador Francisco Fernando P. T., que fue juzgado por el delito de fraude (3) que le acusan varias personas de Mérida y Tekax, lo condenaron y deberá reparar el daño que causó.

Lo juzgaron integrantes del Segundo Tribunal de Enjuiciamiento, quienes, después de valorar todos los medios de prueba y testimoniales, además de escuchar los alegatos de la Fiscalía y de la defensa, por unanimidad señalaron que este sujeto es responsable del delito que se le imputó.

Luego determinaron que la audiencia de individualización de sanciones y condena se efectúe el 1 de diciembre.

Un primer revés lo sufrió el supuesto arquitecto cuando la Sala Colegiada del Poder Judicial revocó la no vinculación en su contra, luego que en noviembre de 2020, la juez de control Elsy del Carmen Villanueva Segura decidió no vincularlo y lo dejó en libertad, pero los abogados de los agraviados apelaron la resolución.

A esta juez no le quedó más remedio, en contra de su voluntad y en cumplimiento de la resolución de alzada vinculó a proceso al defraudador, pero se negó a dejarlo preso y lo dejó libre, con otras medidas en libertad.

Los señores Pedro Guillermo P. P., Andrés de Jesús U.Ch., Jorge Luis P.G. y Gladis Gabriela del Socorro Ch. A. denunciaron los hechos.

Desde septiembre del 2018 hasta enero de 2019, el defraudador Francisco Fernando recibió diversas cantidades de dinero a través de maquinaciones, engaños y artificios, consistentes en que decía que era arquitecto, pero carece de título y cédula profesional; sin embargo, ofrecía servicios de construcción y remozamiento de inmuebles, daba cotizaciones y daba fotos computarizadas de cómo quedarían los trabajos terminados.

Incluso ofrecía facilidades de pago y la seguridad de su trabajo, empleando documentos a manera de contratos.

Aunque al firmar éstos, no tenía la intención cumplirlos, tampoco estaba registrado en dependencias públicas o instituciones privadas inherentes a una actividad profesional.

Resultó que el defraudador Francisco Fernando, al recibir pagos iniciales, enviaba albañiles y materiales escasos para simular avances en las obras y solicitaba el pago de los saldos con pretextos injustificados, sin acudir ni supervisar los supuestos avances, y una vez que cobraba el dinero ya no regresaba y daba excusas o se ocultaba.