IZAMAL, Yucatán, jueves 14/10/21.- Un grupo de vecinos de Sitilpech realizaron una protesta, ayer miércoles, en las puertas de la sede del Poder Judicial de la Federación para exigir la suspensión definitiva de la granja de cochinos, que se instaló hace seis años a un kilómetro del municipio, donde actualmente hay más cerdos que personas.

“Juez escucha, Sitilpech está en la lucha”, gritaron una y otra vez los manifestantes, luego de contar una serie de afectaciones derivadas de la contaminación del agua desde que se instaló la granja, donde se calcula hay 48,000 animales.

Varios vecinos dijeron que desde que se instaló la granja han visto afectaciones en la apicultura y la agricultura, pero lo más grave son las enfermedades gastrointestinales y de la piel que han padecido; también se quejaron del mal olor y de las moscas verdes que han invadido al pueblo.

René Chí contó que un día se fue el agua potable, de modo que su papá se bañó con agua de pozo y a las pocas horas le aparecieron ronchas en la piel.

“Si los jueces no actúan, si no hacen nada por hacer este cambio, por hacer que la granja se cierre, nosotros como pueblo tenemos derecho a detener esos vehículos o entrar a destruir esa granja, porque nosotros hemos respetado la ley, pero la ley no hace nada por el pueblo”, dijo el vecino Israel Euán.

Los inconformes afirmaron que las autoridades no le consultaron al pueblo si está de acuerdo con que se abra o no la granja.

Los vecinos estuvieron acompañados por integrantes de la organización Kanán Derechos Humanos, entre ellos Roberto Sánchez Campos, quien informó que en mayo pasado se promovió un juicio de amparo con el fin de salvaguardar los derechos de la comunidad de Sitilpech.

“Tanto la Secretaría de Desarrollo Sustentable (antes Seduma), el organismo de Cuenca de la Península Conagua y el Ayuntamiento de Izamal no realizaron una consulta previa para preguntar al pueblo si aceptaba que se construyera una granja cerca de la comunidad”.

“Hoy particularmente el Juzgado Primero de Distrito resuelve o tiene la oportunidad de resolver la aplicación de una medida cautelar que se llama suspensión definitiva dentro del juicio; con esta suspensión, lo que piden las personas dentro del amparo es detener las operaciones de la granja durante el juicio”.

La suspensión, dijo Sánchez Campos, ya había sido negada anteriormente con argumentos antijurídicos y superados por la jurisprudencia mexicana.