MÉRIDA, Yucatán, lunes 13/09/21.- El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) anunció que descubrieron cerca de Maxcanú “El vaso del Sahal”, que data del periodo Clásico Temprano al Clásico Tardío (600 y 800 d.C.), durante los trabajos de construcción del Tren Maya.

Atribuido a la zona de Oxkintok, región que se ha propuesto como el área de producción de ese estilo de piezas, el objeto estilo Chocholá destaca por el grabado y un texto jeroglífico maya.

Las vasijas Chocholá se caracterizan por tener un texto jeroglífico, aunque pueden presentar escenas iconográficas.

Por lo general, la escritura trata de una Secuencia Primaria Estándar o frase dedicatoria, la cual describe al objeto, menciona al propietario (en algunas ocasiones son colocados los títulos que ostentaba), y el posible contenido.

El estilo de vasijas Chocholá fue nombrado así por el arqueólogo y epigrafista estadounidense Michel D. Coe, en su libro The Maya Scribe and his World, debido a que la mayoría de las piezas presentadas en ese catálogo habían sido adquiridas en la zona de Chocholá, de parte de los coleccionistas, y desde entonces se denominada de esa forma.

El arqueólogo Ricardo Abraham Mateo Canul, miembro del equipo de salvamento arqueológico del Proyecto Tren Maya, realiza el análisis epigráfico de la vasija.

De acuerdo con los especialistas, son pocas las vasijas con esas características que se han recuperado en su contexto original, como parte de los ajuares mortuorios.

Ese tipo de piezas también se ha encontrado como parte de basureros en sitios de mayor jerarquía, así como en los rellenos constructivos, incluso, de sitios de menor rango.

Eso propicia una discusión más amplia sobre su significado y la relación que guardaban con la élite gobernante, aunado a la distinción de rango a la que hacen referencia, lo que no descarta la idea que probablemente fueran obsequios del gobernante hacia sus colaboradores más cercanos, como lo propuso el epigrafista fallecido Alfonso Lacadena, en un texto publicado en 2008.

De acuerdo con el estudio epigráfico de Mateo Canul, el texto grabado en la vasija es una Secuencia Primaria Estándar o frase dedicatoria. Consiste en cinco cartuchos glíficos, los cuales son leídos así: A1 u jay (u-ja-yi) “Es su taza”; B1 yuk´ib (yu-k´i-bi) “su vaso”; C1 ta yutal (ta-yu-ta) “para su afrutado”; D1 tsihil kakawa (tsi-li-ka-wa) “cacao fresco o nuevo”; D1 Sajal (sa-ja-la?) “del Sahal”.

Como resultado de los avances de sus estudios, el especialista propone la interpretación: “El vaso del Sahal”.

A semejanza de otras piezas reportadas de ese tipo, “El vaso del Sahal” menciona en el texto el posible contenido, que en este caso es el tsihil kakaw, el cual puede ser traducido como “cacao nuevo o fresco”, cuya bebida igualmente ha sido identificada en textos de algunas vasijas estilo Chocholá.

El título Sahal, según el epigrafista John Montgomery (2002), significa “hombre subordinado”.

Alexander Voss lo traduce como “exclamador”, siendo este quien, posiblemente, decía en voz alta las órdenes del ajaw (gobernante) de quien estaría subordinado. El análisis epigráfico aún está en proceso.

La pieza, hallada durante los trabajos del Proyecto de Salvamento Arqueológico del Tren Maya “U lu’umil maaya U lu’umil maaya wíiniko’ob: un análisis regional del sureste mesoamericano de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo”, bajo la dirección del arqueólogo Manuel Eduardo Pérez Rivas, fue recuperada por la arqueóloga Susana Echeverría Castillo, el 28 de junio pasado, como parte de una ofrenda registrada en el Tramo 3, que corre de Calkiní, Campeche, a Izamal, Yucatán, cerca de la población de Maxcanú.

Se encontró en un contexto especial que probablemente corresponda a un depósito mortuorio, identificado como cista, ubicada debajo de un nivel de piso de estuco.
Cerca de la vasija había óseos humanos que podrían corresponder a huesos largos de las extremidades inferiores.

La pieza es relevante dado que se descubrió en el contexto cultural arqueológico de procedencia, por lo que su hallazgo revelará datos sobre ese aspecto, contribuyendo a completar la información arqueológica.