CIUDAD DE MÉXICO, viernes 03/09/21 (EFE).— El Tribunal Electoral nombró ayer por unanimidad al magistrado Reyes Rodríguez Mondragón como nuevo presidente de la institución para sellar la crisis interna desatada por la rebelión interna contra el anterior presidente, José Luis Vargas, acusado de corrupción.
“Es un honor y un desafío asumir esta responsabilidad, particularmente en estos tiempos en los que nuestra democracia se torna cada día más dinámica”, expresó tras su nombramiento el nuevo presidente, quien consideró “urgente revisar los procesos y la normatividad” de la institución para prevenir nuevas crisis.
La sesión en que se eligió a Rodríguez Mondragón se celebró de forma privada, algo que fue criticado por el presidente depuesto, quien expresó en redes que “la ciudadanía merece conocer los argumentos que respaldan la nueva designación”.
El pasado 4 de agosto, cinco de los siete magistrados del Tribunal Electoral se rebelaron contra José Luis Vargas y acordaron en una sesión paralela removerlo del cargo por tomar decisiones arbitrarias y fuera del reglamento de la institución.
Vargas, quien denunció un “golpe de Estado” en su contra, está investigado además por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) por gastos de 36.7 millones de pesos (más de 1.8 millones de dólares) de 2013 a la fecha, superiores a los ingresos declarados.
Los cinco magistrados ya eligieron entonces a Rodríguez Mondragón como nuevo presidente del Tribunal, pero Vargas se negó a dejar el cargo por considerar ilegal su sustitución.
Ante esta crisis interna, tuvo que intervenir el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar, quien pactó con Vargas y Reyes Mondragón su renuncia a la presidencia del organismo.
El 10 de agosto, el tribunal eligió al magistrado Felipe Alfredo Fuentes Barrera como presidente interino del organismo por un período que venció el miércoles, dando paso a la sesión de este jueves en la que Rodríguez Mondragón fue definitivamente nombrado por un periodo que concluye en octubre de 2024.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, enfrentado a los organismos electorales independientes, opinó tras la rebelión interna que todos los magistrados “deberían renunciar por dignidad”, ya que dicha crisis es “un asunto lamentable, que da vergüenza”.