WASHINGTON, miércoles 01/08/21 (EFE).— El número de muertes por Covid-19 en Estados Unidos puede llegar a 680,000 para el 18 de septiembre próximo, según datos dados a conocer ayer por la Casa Blanca.

El principal epidemiólogo del Gobierno de Estados Unidos, Anthony Fauci, y la directora de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), Rochelle Walensky, precisaron en una rueda de prensa que prevén que el número de decesos se sitúe entre 651,000 y 680,000 para esa fecha.

La media semanal de fallecimientos en el país se sitúa ahora en 896, un aumento del 2.3% respecto a la cifra de hace siete días.

En cuanto a los casos, Rochelle Walensky dijo que la media semanal se encuentra actualmente en 129,418, un 10.5 % menos que la semana anterior, y que el promedio de hospitalizaciones es de 11,533, un 4.8% inferior al porcentaje de hace 7 días.

Por su parte, Fauci recomendó la vacunación de mujeres embarazadas y advirtió de las graves consecuencias que puede tener el Covid-19 en mujeres en ese sector de la población.

“Está muy claro ahora que hay graves consecuencias adversas tanto para la madre como para el bebé con la infección del Covid-19”, declaró Fauci. “Por eso es de gran importancia que las mujeres embarazadas y las que planean quedarse encinta se vacunen”.

Desde el inicio de la pandemia, un total 131 mujeres embarazadas han muerto en Estados Unidos tras contraer la enfermedad, de acuerdo con datos oficiales.

Fauci destacó que estudios preliminares señalan que las vacunas de ARN mensajero (la de Pfizer y Moderna) son seguras para las mujeres en periodo de gestación, y que el efecto protector de la vacunación se transmite al bebé a través de la leche materna.

Los estudios muestran que hasta seis semanas después de la vacunación la leche materna contiene una cantidad considerable de anticuerpos contra el Covid-19.

Por otro lado, se informó que el repunte de casos en Estados Unidos ya mermó los suministros de oxígeno y obligó a los hospitales a requerir de más respiradores artificiales, aun cuando hay señales de que la propagación del virus baja en zonas de alto contagio del país.

En Tulsa, Oklahoma, un hospital llamó recientemente al número de emergencias 911 luego debido a que necesitaban una transferencia de emergencia para un paciente que requería de oxígeno de alto flujo y sólo tenía suministro para unas cuantas horas.

El hospital recibió un cargamento horas más tarde, pero la experiencia representó una señal de alerta para otros hospitales, dijo el doctor Jeffrey Goodloe, director de salud del sistema EMS que brinda servicios en Tulsa y Oklahoma City.

“Si le puede suceder a un hospital, le puede suceder a cualquier hospital”, puntualizó Goodloe. “No hay que decir, ‘esto no sucederá aquí’, porque puede suceder de inmediato”. La escasez de oxígeno es otra señal del impacto que ha tenido el nuevo repunte de casos en la red de hospitales del país.

Un puñado de estados, incluyendo Florida, Oregon, Hawai, Misisipí y Luisiana, ya impusieron máximos históricos de hospitalizaciones por Covid-19, y muchos hospitales apenas tienen personal o camas de cuidados intensivos suficientes.

Sin embargo, también hay buenas noticias.

El país promedia 155,000 nuevas infecciones diarias, pero la tendencia se ha desacelerado drásticamente en comparación con principios de agosto.

Florida, Missouri, Arkansas, Luisiana y Mississippi reportaron un ligero declive de casos en las últimas dos semanas. Florida ha registrado una caída de hospitalizaciones por Covid-19 en los últimos días, al igual que hospitales en Springfield, Missouri, uno de los primeros epicentros del repunte impulsado por la variante Delta.

Las cifras de vacunación también van en aumento, y el coordinador en materia de Covid-19 de la Casa Blanca, Jeff Zients, lo atribuye a los requerimientos de inoculación que se han implementado en varias partes del país, incluyendo restaurantes, centros de trabajo, arenas deportivas y escuelas.

“Se ha acelerado de manera importante la tasa de primeras dosis. En agosto tuvimos más de 14 millones. Son casi 4 millones más en comparación con el mes anterior”, declaró Zients.

Pero las cifras no se han movido mucho en la semana transcurrida desde que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) autorizó por completo la vacuna de Pfizer luego de una revisión a seis meses de datos sobre su eficiencia. El promedio de siete días de dosis administradas en Estados Unidos subió el lunes a 898,000 respecto a las 853,000 de la semana previa.

Las muertes también están aumentando, con un promedio de más de 1,300 al día, algo que las autoridades de salud predijeron que ocurriría como resultado del aumento masivo de casos y hospitalizaciones en el último mes.