KABUL, viernes 27/08/21.– De nuevo la capital afgana se sumió ayer en la violencia y el terror después de que dos atacantes suicidas perpetraran sendos atentados cerca del aeropuerto de Kabul, dejando al menos 72 muertos, entre ellos 13 soldados de Estados Unidos, y más de un centenar de heridos.

Pocas horas después una tercera explosión tuvo lugar en Kabul, según informaron luego numerosos ciudadanos y periodistas locales en las redes sociales, aunque hasta la noche no había detalles sobre la magnitud.

El general Frank McKenzie, quien está a cargo del desalojo, dijo que los ataques no detendrán a Estados Unidos en su tarea de sacar del país a sus ciudadanos y a otros aliados.

McKenzie, jefe del Comando Central, indicó que hay una enorme presencia de seguridad en el aeropuerto y también se utilizan rutas alternas para llevar a los desalojados hasta el lugar. Alrededor de 5,000 personas aguardan a abordar vuelos en el aeropuerto, recalcó.

Los estallidos ocurrieron horas después de que funcionarios de Occidente advirtieron sobre un posible ataque y llamaron a las personas a abandonar el aeropuerto. Pero muchos hicieron caso omiso a la recomendación en su desesperación por salir del país antes de que Estados Unidos concluya oficialmente su presencia en Afganistán el martes próximo.

El grupo Estado Islámico (EI) se atribuyó la responsabilidad de los ataques en su canal de noticias Amaq.

La filial de ISIS en Afganistán es mucho más radical que el Talibán, que recientemente tomó el control del país en un avance vertiginoso. Se cree que el Talibán no estuvo involucrado en el atentado, mismo que condenó.

De los militares estadounidenses que perecieron en los ataques, 11 eran infantes de Marina y uno médico de la Armada. Otro militar murió horas más tarde, informaron funcionarios de Washington. Otros 18 efectivos habían resultado heridos y las autoridades advirtieron que el saldo podría aumentar.

Más de 140 afganos fueron lesionados, añadió un funcionario de Afganistán.

Una bomba estalló junto a un grupo de personas que estaban paradas en un canal de aguas residuales bajo un intenso calor. El estallido arrojó a sus víctimas hacia el agua fétida.

Personas que poco antes esperaban abordar aviones para salir de Afganistán cargaban a los heridos hasta las ambulancias, con sus propias ropas empapadas de sangre. Emergency, una organización benéfica italiana que opera hospitales en Afganistán, dijo que había recibido al menos 60 personas que resultaron heridas en el ataque al aeropuerto, además de 10 que estaban muertas cuando llegaron.

“Los cirujanos trabajarán hasta altas horas de la noche”, indicó Marco Puntin, gerente de Emergency en Afganistán.

Los heridos desbordaron la zona de triaje hacia el área de fisioterapia y se estaban colocando más camas, dijo.

El vocero del Pentágono, John Kirby, precisó que una explosión ocurrió cerca de una entrada del aeropuerto y otra a poca distancia cerca de un hotel.

Esta última se produjo en el Hotel Baron o en sus inmediaciones, donde en los últimos días se dijo a muchas personas, incluidos afganos, británicos y estadounidenses, que se reunieran antes de dirigirse al aeropuerto para su desalojo. Más tarde se oyeron otras explosiones, pero el vocero del Talibán, Zabihullah Mujahid, dijo que algunas detonaciones fueron hechas por las fuerzas estadounidenses para destruir sus equipos.— AP y EFE