CIUDAD DE MÉXICO, viernes 20/08/21.- (El Universal).— La científica mexicana Paola Castillo Juárez desarrolló un fármaco capaz de combatir al Covid-19 en 90%. El tratamiento, basado en pequeños fragmentos aislados del SARS-CoV-2, evita que el virus se replique en las células humanas.
Para el diseño de este remedio alternativo, la viróloga del Instituto Politécnico Nacional (IPN) utilizó cuatro péptidos —fragmentos de proteínas— del coronavirus, los cuales fueron aislados de pacientes positivos a la enfermedad. Esto fue posible mediante herramientas bioinformáticas.
“Los resultados son sorprendentes debido a que las moléculas desarrolladas se enfocan en secuencias conservadas de las partes de la proteína del SARS-CoV-2, las cuales no cambian aun cuando el virus mute y dé origen a nuevas variantes”, afirmó la especialista.
La experta reveló que, con probabilidad, este tratamiento sea efectivo frente a la variante de preocupación (VOC) Delta.
“Por estar dirigidos los péptidos a secuencias de las proteínas del virus que no cambian (conservadas) estamos completamente seguros que también van a ser muy efectivos contra esta variante”, sostuvo.
Sin embargo, para confirmar la eficacia del medicamento frente a Delta, Paola Castillo expresó que evaluarán la forma que actúa ante la mutación más contagiosa, y que se le responsabiliza de gran número de los nuevos casos del Covid-19 .
Luego de confirmar su eficacia, el tratamiento de la doctora ya se encuentra en proceso de ser patentado.
La investigadora explicó que uno de los cuatro péptidos se encarga de atacar a la proteína S del virus, evitando que el SARS-CoV-2 entre a las células humanas y las infecte.
Otro de los péptidos tiene la labor de bloquear la unión de la proteína viral, lo que impedirá que el virus se adapte a los cambios necesarios para ingresar a las células. A su vez, otros dos de los péptidos -utilizados para la creación de este fármaco- trabajan en conjunto para impedir que las proteínas M y E, que envuelven al coronavirus, se unan a otros blancos que propician y exacerban la inflamación de órganos en los pacientes que cuentan con una respuesta inmune irregular. “Comprobamos que un beneficio más de los péptidos es que no son citotóxicos para la célula e inhiben la replicación viral; de acuerdo con resultados al contar las unidades formadoras de placa lítica (virulenta) observamos que disminuyen el título viral, además de impedir el desarrollo de inflamación, la cual está relacionada con el daño multisistémico”, explicó. La científica señaló que el próximo paso será probar la forma en que actúan los péptidos en modelos animales, etapa que se concluirá -deseablemente- a finales de este año. Posteriormente, en 2022, el fármaco sería administrado en pacientes del INER -etapa clínica-, en la espera que el tratamiento sea transferido a una industria farmacología capaz de fabricarlo en grandes cantidades.