MÉRIDA, Yucatán, miércoles 04/08/21.- A María May Che la asesinaron por medio de asfixia mecánica, aunque no se puede saber como, según arrojaron las 12 pruebas científicas a cargo de la Fiscalía General del Estado (FGE) y de la Fiscalía General de la República (FGR).

El dictamen, a pesar de la ausencia de órganos y tejidos en diversas partes del cuerpo a causa del estado de descomposición, indica que a María May la mataron en el lugar donde el cuerpo fue hallado y no se trató de un sitio diferente, es decir, en el Parque La Joya en Paseos de Opichén, y no la violaron ni hubo otro tipo de ataque sexual.

Luego de la participación de su equipo multidisciplinario para practicar varios estudios científicos, la dependencia federal entregó los resultados del caso a las autoridades yucatecas en los que afirma que había una marca en el cuello, corroborada tras diversas pruebas especializadas de infiltrados, que confirman la causa de la muerte de la joven.

Sin embargo, los demás indicios, dictámenes y datos de prueba recopilados en la investigación no permiten hasta el momento abundar en el origen de esas marcas en el cuello, de modo que continúa en carácter de indeterminado, sobre todo porque la asfixia mecánica es muy diversa y de etiología variable y puede ser ocasionadas por diversas causas.

Como publicamos, el cuerpo sin vida de María May lo encontró una mujer que hacía ejercicio en un parque del fraccionamiento La Joya de Opichén, el 16 de abril, varios días después de la muerte de la joven, sin aparentes signos visibles de violencia, de modo que se dio paso a pruebas forenses especializadas.

María vivía con su padre en el fraccionamiento Paseos de Itzincab, pero se cambió a vivir al fraccionamiento Diamante Paseos de Opichén, donde José Can Canché, de 33 años de edad, le ofreció un cuarto en renta, según dijeron sus familiares, aunque se cree que eran pareja, quien ya testificó, pero no lo pueden detener porque no hubo flagrancia y no hay pruebas contundentes que indiquen que el mató a su pareja.

Esa vez publicamos que una mujer que paseaba a su mascota halló el cuerpo de una mujer, el viernes 16 de este mes, en el fraccionamiento La Joya Paseos de Opichén, ubicado al surponiente de Mérida.

Las investigaciones avanzan lento, debido al avanzado estado de descomposición del cuerpo, de modo que no hay una evidencia contundente y fundamentada en torno a lo sucedido.

La solicitud de una nueva opinión pericial por parte de la FGE, se llevó a cabo a fin de garantizar la aplicación de los protocolos de necropsia y con ello, agotar cualquier prueba que garantice el esclarecimiento de los hechos.

Entre las pruebas realizadas por ambas instituciones figuran: estudios de fotografía forense, medicina forense, química forense, genética forense, criminalística de campo, topografía forense, antropología, audio y video, además de odontología forense, por citar algunos.

Tras estos resultados, las agencias investigadoras que tienen a su cargo la carpeta de investigación darán seguimiento puntual y jurídico al caso, hasta agotar la existencia de algún nuevo indicio.

Como publicamos, la muchacha era empleada de una gasolinera y a Can Canché lo conoció en la gasolinera donde ella trabajaba, que es la estación de servicio “Gulf”, ubicada en la Ciudad Industrial, sobre la avenida Internacional en la salida a Umán, donde él laboraba desde hace dos años.

Se dice, aunque nadie más que la Fiscalía sabe la verdad, que Can Canché primero les dijo a familiares de María que él fue a buscarla, aunque al declarar ante las autoridades indicó que hacía una semana que no la veía.

Hasta ahora es un crimen perfecto, en el que el principal sospechoso Can Canché, se pasea campantemente por la ciudad.

Sólo se sabrá quien es el asesino, el móvil y el modo del asesinato, si la conciencia del criminal le indica que confiese.