MÉRIDA, Yucatán, lunes 26/07/21.- La zona ecoarqueológica de Kulubá, ubicada al Oriente de Yucatán, tiene cinco palacios mayas y el gobierno del Estado y el INAH pronto construirán una carretera y abrirán al público esta zona arqueológica, la número 18 de Yucatán.


El arqueólogo yucateco del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Alfredo Barrera Rubio, recientemente terminó los trabajos de campo realizados durante siete meses en la zona ecoarqueológica de Kulubá, ubicada al Oriente de Yucatán, que ahora tiene cinco palacios mayas.

La cuarta etapa del proyecto Kulubá, autorizada por el Consejo Nacional de Arqueología, de inició en noviembre de 2019 y terminó en abril de este año, aunque, debido a la pandemia del Coronavirus, los trabajos se suspendieron unos meses, manifestó Barrera Rubio, que en 43 años de trayectoria ha recibido múltiples reconocimientos en Yucatán y Rusia.

Kulubá pertenece al municipio de Tizimín y se ubica a 37 kilómetros, al sureste de la cabecera municipal, y se llega al tomar un desvío de la carretera Tizimín-Colonia Yucatán.

El Palacio de los Pilares y el Palacio Itzá, adjuntos en la zona ecoarqueológica de Kuluba . (Foto del arqueólogo Alfredo Barrera Rubio)

Será la zona prehispánica 18 que se abrirá al público, pronto, en Yucatán
En entrevista exclusiva para dar detalles de lo que será la zona prehispánica número 18 que se abrirá al público en los próximos meses en Yucatán, Barrera Rubio dio detalles de los nuevos hallazgos de Kulubá, la ciudad maya-tolteca que albergó a personajes de élite que veneraban al cosmos, el agua, la fertilidad y la naturaleza.

El especialista exploró cuatro estructuras que forman parte del núcleo central de Kulubá, cuya plaza central mide 100 metros de largo por 100 de ancho en forma rectangular, con 14 estructuras.

Los trabajos de exploración e investigación ya se terminaron y ahora estamos en etapa de análisis de los artefactos y materiales encontrados, como cerámica, obsidiana, concha y 29 huesos de entierros. Todos los materiales se analizan y valora y los resultados se publicarán con sustentos fuertes a finales de este 2021, de modo que ya falta poco, precisó el entrevistado.

En las excavaciones correspondientes a la primera estructura, ubicada en el costado poniente de la Plaza, se encontró el Palacio de los Pilares, que tiene 55 metros de largo, 15 de ancho y bóvedas colapsadas de seis metros de alto, aunque originalmente la altura era de 12 metros.

Dos castillos en uno
Barrera Rubio dijo que lo interesante es que tenía adosado otro castillo, de modo que en lugar de uno encontramos dos palacios en una misma estructura; al segundo lo denominamos el Palacio Itzá o Palacio de la Ocupación de los Itzáes, porque los edificios muestran dos momentos importantes de los mayas en Kulubá: el Clásico Tardío (600-900 a.C.) y el Clásico Terminal (850 a 1,050 a.C.

El Palacio de los Chenes en Kulubá cautiva por la belleza de su arquitectura. (Martha López H.)

La primera mansión de los reyes prehispánicos corresponde al Clásico Tardío y la segunda, que estaba integrada a la primera estructura trabajada, es un palacio del tipo de galería, con columnas interiores, del Clásico Terminal.

El último palacio muestra el apogeo de Chichén Itzá, ya que está muy claro en la pintura mural, arquitectura y cerámica, es algo que está patente en los materiales arqueológicos que encontramos, precisó el arqueólogo, quien agregó que con esos dos descubrimientos, Kulubá ya tiene en total cinco palacios mayas.

Barrera Rubio, autor de los libros “En busca de los antiguos mayas: historia de la arqueología en Yucatán” y “Fray Estanislao Carrillo y el Enano de Uxmal”, habló de otros hallazgos en Kulubá: dos subestructuras.

Descubrimos un altar que está enfrente del Palacio de los Pilares y le llamamos Altar de los Depósitos, porque ahí encontramos depósitos subterráneos que servían para almacenar sal o granos, como ramón y maíz, indicó.

Esos depósitos están sobre una plataforma que registra dos etapas de ocupación: el Regional, es decir, el Clásico Tardío. En el caso del altar pequeño hay cinco depósitos unidos a una plataforma.

Barrera Rubio dijo que a la segunda subestructura la llamó Plataforma de los Depósitos y explicó que es una estructura un poco rara, poco usual en la arquitectura maya, ya que tiene contrafuertes en su alrededor y una escalinata que culmina con una terraza en la parte superior.

Alfredo Barrera, galardonado el año pasado en Rusia por sus aportaciones, investigaciones y descubrimientos sobre l cultura maya, desconoce si Kulubá se incluirá como parte del proyecto del Tren Maya, sin embargo, destacó la importancia del sitio arqueológico, que no es de primer rango, según los mapas arqueológicos.

Fragmento del friso sur del Palacio de los Mascarones protegido por una estructura de madera y paja. (Martha López Huan)

Kulubá está catalogado en cuarto rango en los mapas arqueológicos, pero, con base en las exploraciones que realicé desde la primera temporada de investigación 1989-2000, debería ser de tercer rango, ya que es un sitio que permite comprender la naturaleza de un asentamiento por sus propias dimensiones, que no es tan extenso como Chichén Itzá o Uxmal, pero por sus características permite adentrarnos y conocer la estructura de la sociedad maya reflejada en el lugar, aseveró el entrevistado.

Otra particularidad de Kulubá es que fue un lugar clave para los itzáes, uno que Chichén Itzá llegó a dominar para controlar la producción de cacao y el acceso a la costa norte, que era importante por la producción de sal y el comercio.

Esos factores y el hecho que en el Nororiente de Yucatán haya un sitio con edificios de pie, con arquitectura visible, hacen que Kulubá sea muy importante.

Sí hay lugares arqueológicos en el Oriente de Yucatán, pero tienen sepultada su arquitectura, en cambio Kulubá tiene su infraestructura de pie y además los trabajos han demostrado que tiene muchas diferencias en relación con otros sitios arqueológicos mayas del Estado, precisó Barrera Rubio.

En los últimos siete meses de trabajo, el arqueólogo descubrió que Kulubá tiene otro sistema de construcción y la estructura que tiene contrafuertes es diferente a lo que ha encontrado en otros lugares. Descubrió un área poco conocida arquitectónicamente.

Barrera Rubio dijo que Kulubá será un nuevo atractivo y gracias al aporte económico del INAH y del gobierno de Yucatán, será un detonador turístico que beneficiará a la comunidad del Oriente del Estado, ya que tendrá mejores servicios y accesos.

ETAPAS DE EXPLORACION Y MANTENIMIENTO
La primera etapa de rescate y exploración del sitio, que tiene el Palacio de los Mascarones, el Palacio de la U, el Palacio de Los Chenes y los recientemente descubiertos el Palacio de los Pilares y el Palacio de la Ocupación de los Itzáes, fue entre de 1989 a 2000.

En 2003 se realizó otra etapa de exploración y mantenimiento, gracias al Programa de Empleo Temporal, y en 2018, gracias a un convenio entre el INAH y la administración de Rolando Zapata Bello se realizaron trabajos de investigación y mantenimiento en el Palacio de los Mascarones y de las U.

Los trabajos de la cuarta etapa en la zona ecoarqueológica de Kulubá, descubierta en 1939 por el estadounidense Wylly Andrews, se reanudaron en febrero de 2021 y terminaron a mediados de abril pasado.

Por otra parte, el ganador de la Medalla Yucatán y la Medalla Yuri Knosov, dijo que a sus 43 años de trayectoria en el INAH, está lejos del retiro.

“Confucio decía: Si te gusta lo que haces, no es trabajo´ y lo que hago es un gusto. Es una satisfacción estar todavía en activo en mi profesión, siempre tuve la vocación por la arqueología y continuaré investigando, pondré mi mejor esfuerzo por esta carrera. Continuaré con todas mis fuerzas”, afirmó Rubio Barrera.

El entrevistado se mostró entusiasta y orgulloso por los trabajos de exploración, mantenimiento y rescate de la zona arqueológica de Kulubá, cuyos hallazgos pronto descubrirán los visitantes nacionales, locales y extranjeros.

El lugar es atractivo no sólo por sus reholladas y edificios que albergaron a los reyes mayas, sino por su peculiar belleza arquitectónica distribuida entre la selva baja de Yucatán.

El acceso aún es un poco difícil, pero las autoridades del gobierno del Estado y del INAH pronto construirán una carretera y abrirán al público la zona arqueológica número 18 de Yucatán.- (Martha López Huan).