MÉRIDA, Yucatán, viernes 16/07/21.- Al puro estilo de una familia mafiosa, “El Padrino Yucateco” mandó a un consigliere a aconsejar al bocón, prepotente y soberbio Alberto Canul, director del INCAY, para que cierre la boca y deje sus poses de gran señor.

Mientras que Tom Hagen era el consigliere de la familia Corleone, que encabezaba Vito, el capo más poderoso de Nueva York, según la película de “El Padrino”, el “Padrino Yucateco” envió a un consigliere para calmar a este sujeto, quien pegó el grito al cielo, se quejó y amenazó luego de las publicaciones de El Grillo, en las que lo acusan de déspota, prepotente, soberbio, pero sobre todo de que mal trata a los empleados del INCAY.

“Es un tipo pedante, muy soberbio y altanero, quien, aunque es un miembro de quinta de una “Poderosa Familia” se siente el Vito Corleone y en el gabinete vilista es mal visto por su sobrada soberbia”, afirman varios funcionarios, quienes sólo lo tratan por educación.

Esto de que mandaron a jalarle las orejas es mala noticia: No lo van a quitar, pero esperamos que cambie y deje de maltratar al personal del INCAY, porque de lo contrario El Grillo se encargará de denunciar sus atropellos, y con gusto, ganas y alegría lo hará.

Apenas el miércoles publicamos que ni Vito Corleone tenía tanto poder como el “Padrino” de Alberto Canul, director general del INCAY, inamovible en su cargo a pesar de sus corrupciones, atropellos, prepotencia y mal trato al personal.

El mafioso italiano, que huyó siendo adolescente de su natal Italia, para que no lo mataran y llegó a Estados Unidos en donde se forjó una carrera de mafioso, protector de mucha gente, debido a sus nexos con el poder de Nueva York, de modo que lo apodaron “El Padrino”.

Sin embargo, en contraste con la actitud prepotente de Alberto Canul, que presume que es intocable, los beneficiados por Vito Corleone, “El Padrino” de la famosísima película del mismo nombre, ambientada en NY, entre 1945 y 1955, asumían un papel humilde y sin esnobismos.