MÉRIDA, Yucatán, lunes 21/06/21.- Con la imagen de la Zona Arqueológica de Tehuacalco, la Lotería Nacional presentó el billete del Sorteo Superior No. 2,688, en una develación que reunió a autoridades de este organismo, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y la administración de Guerrero.

La directora de Lotería Nacional, Margarita González Saravia Calderón, señaló que los dos millones 400 mil cachitos que ya se venden para ese sorteo, cuyo premio mayor asciende a 17 millones de pesos, son parte de un esfuerzo inédito para difundir el patrimonio cultural del país y conmemorar la trayectoria de instituciones como la que dirige, que tiene más de 250 años de historia.

Al agradecer la presencia del secretario de Turismo de Guerrero, Ernesto Rodríguez Escalona, y el encargado de la Zona Arqueológica de Tehuacalco, Miguel Pérez Negrete, la funcionaria señaló que ese sitio patrimonial es el número 20 que, conjuntamente con el INAH, se promueve en el territorio nacional a través de los billetes de lotería, los cuales se distribuyen en 12 mil puntos de venta.

En representación de la directora del Centro INAH Guerrero, Blanca Jiménez Padilla, el arqueólogo Miguel Pérez Negrete agradeció la distinción a Tehuacalco, una zona que tuvo diversas ocupaciones durante tres mil años, previo a la llegada de los españoles y que actualmente está cerrada como medida preventiva ante la Covid-19.

El asentamiento, cuyo nombre deriva de las raíces nahuas tetl, huacalli, co (el lugar de la caja de piedra) o teotl, atl, calli, co (el lugar de la casa del agua sagrada), inició su historia hacia el 900 a.C., como una pequeña aldea.

Un segundo asentamiento, de los 650 a 1,150 de nuestra era, marcaría su esplendor al erigirse los mayores edificios, juegos de pelota, plazas y estanques, entre otras construcciones de las que hoy se reportan vestigios.

 “En esa época Tehuacalco tuvo una sociedad sumamente organizada, eran matemáticos y astrónomos según dan cuenta sus edificios, cuya orientación está  relacionada con los fenómenos solares. Y sabemos que su organización fue tal que les permitió entrar en contacto con Tula, la gran capital del periodo Epiclásico (600-900 d.C.)”, aseveró.

Sin embargo, se produjo un nuevo abandono que mantuvo a la ciudad desocupada durante un par de siglos, hasta que a finales del periodo Posclásico (1200-1521 d.C.) la etnia yope llegó a la ciudad y construyó sus casas encima de los templos y edificios pretéritos.

Los yopes fueron bélicos, factor que les ayudó a nunca ser conquistados por la Triple Alianza, pero que también los condujo a su exterminio en el siglo XVI, ya que su resistencia al contacto con los hispanos mermó completamente su presencia.