CIUDAD DE MÉXICO, martes 08/06/21 (EFE).— Aunque Morena perdió fuerza en la Cámara de Diputados, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró ayer que los resultados electorales son un gran espaldarazo para su obra de gobierno, la llamada “Cuarta transformación de México”.

“Agradezco mucho porque como resultado de esta elección los partidos que simpatizan con el proyecto de transformación que está en marcha van a tener mayoría”, celebró ayer un presidente triunfal en su rueda de prensa matutina.

Lo cierto es que las elecciones intermedias del domingo, consideradas las más grandes de la historia de México, dejaron un resultado ambiguo, lejos de la victoria avasalladora que esperaba el mandatario.

Morena logró retener la mayoría absoluta junto a sus aliados y amplió su poder territorial al ganar al menos en 11 de las 15 gobernaciones estatales en juego, pero no controlará los dos tercios de la Cámara de Diputados necesarios para reformar la Constitución.

“El resultado muestra que Morena ya no es el partido hegemónico surgido en 2018”, dijo a EFE Gustavo López Montiel, profesor de Ciencia Política en el Tecnológico de Monterrey.

Las proyecciones del Instituto Nacional Electoral (INE) dan al partido Morena entre 190 y 203 de los 500 escaños de la Cámara Baja, una baja respecto de los 253 que ostentaba hasta ahora.

Pero sumado a sus socios del Partido del Trabajo (PT) y del Partido Verde (PVEM), superará la mayoría absoluta (251), necesaria para aprobar leyes y presupuestos durante la segunda mitad del mandato de López Obrador, que concluye en 2024.

Lo que parece complicarse son sus planes de reformar la Constitución para blindar la reforma energética que favorece a las empresas del Estado o de modificar el Instituto Electoral, pues se requieren dos terceras partes de la Cámara de Diputados.

La tercera vía

Para frenar esa mayoría se había unido la oposición en la coalición “Va por México” (PAN, PRI y PRD), que obtendría entre 181 y 213 escaños. La tercera vía del Movimiento Ciudadano (MC) lograría entre 20 y 27.

“La oposición no frenó el proyecto de López Obrador, pero sí logró contener el avance electoral de Morena”, dijo a EFE el politólogo Khemvirg Puente, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Aunque eran elecciones legislativas y locales, se interpretaron como un plebiscito a la figura del presidente, de cuya popularidad depende Morena. Consciente de ello, López Obrador opinó activamente durante la campaña, a pesar de que la ley se lo impide, y este lunes celebró el resultado como una victoria propia.