MÉRIDA, Yucatán, miércoles 14/04/21.- Queda impune el feminicidio de Cristina Rosalía C.G., de 32 años de edad, a quien estrangularon y cuyo cuerpo desnudo arrojaron a una aguada de Umán: desechan la impugnación de la sentencia absolutoria de José Daniel D.M.

Por unanimidad de votos, la Primera Sala Colegiada del Sistema de Justicia Penal Acusatorio, de Ejecución de Sentencias y Medidas de Seguridad, decretó como infundados e insuficientes los argumentos de la Fiscalía para invalidar la sentencia absolutoria emitida a favor de José Daniel D.M., acusado del delito de feminicidio agravado, por el crimen de la aguada de Umán.

Los magistrados Ligia Aurora Cortés Ortega, Luis Felipe Esperón Villanueva y Marcos Alejandro Celis Quintal determinaron que no advirtieron violación alguna a los derechos fundamentales de la parte agraviada.

Primero, la Fiscalía había apelado el fallo que emitieron a fines del año pasado los jueces del Tribunal Primero de Enjuiciamiento. Aun así, se dejó abierta la carpeta de investigación, hasta el esclarecimiento total del caso.

Antes, los jueces del Tribunal Primero emitieron sentencia absolutoria por duda razonable y dejaron en libertad a José Daniel, quien fue señalado como probable responsable del delito de feminicidio agravado en el caso de la mesera Cristina Rosalía C.G.

En el desarrollo del juicio oral, se concluyó que hubo una serie de irregularidades que cometió la Policía Estatal de Investigación para tratar de inculparlo.

Una de las irregularidades, según determinaron los jueces, fue que la Fiscalía presentó una chancleta encontrada junto al cadáver, pero las pruebas arrojaron que tenía rastros de ADN de otra mujer, es decir, la persona que privó de la vida a la mesera es una mujer.

Sin embargo, debe ser una mujer muy fuerte, para que haya podido estrangular a Cristina.

De unas fotos que se tomó de un video del mototaxi en el que supuestamente se trasladó a Cristina a la aguada, que presuntamente era conducido por el ahora liberado, un perito de alto impacto determinó que la mujer que ahí se apreciaba era la víctima y que cinco minutos después se vio en el mismo vehículo viajando a otra mujer.

En el mismo video se capta a un mototaxi que va a la aguada con luces potentes, cuando el que manejaba el procesado sólo tenía escasa iluminación, cosa que ratificó la dueña de ese vehículo y que quedó demostrado cuando se le devolvió. Incluso, en el teléfono celular del procesado nunca se le ubicó en el lugar.

Es más, Cristina y Daniel no tenían ninguna relación o cuando menos de amistad.

La única “prueba absoluta” que presentó la PEI fue una credencial de elector de la víctima y un dije, que supuestamente le hallaron al procesado cuando lo detuvieron.

La mujer era originaria de la comisaría de Sihunchén, Abalá, donde vive su familia. Habitaba en el fraccionamiento Bicentenario y trabajaba en un bar de Umán.