TULUM, martes 30/03/21.- El jefe de policía del municipio Tulum, Nesguer Vicencio, fue destituido luego de que una mujer salvadoreña murió a manos de policías el sábado, anunció este lunes el secretario de Seguridad Pública de de Quintana Roo, Lucio Hernández.
Victoria Esperanza Salazar Arriaza, era originaria de Sonsonate, El Salvador, país en donde ha generado indignación el abuso policial con el que presuntamente policías asesinaron a la mujer.
Victoria tenía 37 años y desde hace tres años residía en México, según informó el presidente de El Salvador, Nayib Bukele. La mujer contaba con una visa humanitaria, con la cual vivía de forma legal en el país. En redes sociales llegó a compartir fotos de sus dos hijas, menores de edad, de 15 y 16 años. La situación de ambas al parecer se resolverá en El Salvador.
Ayer, Bukele señaló que su gobierno se encargará “de la manutención y estudios de las dos hijas de Victoria y de todo lo que necesiten”. En El Salvador, Rosibel Arraiza, madre de Victoria, dijo que se siente impotente ante el crimen de su hija.
Por su parte, la Fiscalía General de Quintana Roo, informó que los policías municipales de Tulum detenidos por el feminicidio de Victoria fueron ingresados al Cereso de Playa del Carmen, Quintana Roo.
De acuerdo con los reportes de la Fiscalía de Justicia de Quintana Roo, los agentes involucrados en el caso son cuatro hombres y una mujer. Tres son policías viales y los otros dos municipales.
Los elementos fueron identificados como Miguel ángel C, de 34 años y Raúl L, de 35, ambos originarios de Valladolid Yucatán; Erasmo P, de 35 años, originario de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas y Alejandro C, de 38 años, originario Petcacab, Quintana Roo. La mujer policía que colocó su rodilla sobre la detenida es Verónica V, de 42 años, originaria de Mérida.
El suceso en Tulum ocurrió la tarde del sábado cuando los vecinos llamaron a la policía debido a que la mujer se encontraba supuestamente escandalizando en la vía pública. En las imágenes se observa cómo uno de los cuatro agentes coloca su rodilla en el cuello de la víctima, que solo alcanza a gemir.
Los policías que atendieron el llamado ya la tenían sometida en el suelo y estaba esposada cuando una mujer policía se colocó encima de ella y le puso la rodilla a la altura de la nuca.
Al percatarse de que ya no presentaba movimiento la subieron a la parte trasera de un vehículo policial, sin intentar reanimar a la mujer.