WASHINGTON, jueves 18/02/21 (EFE).— El expresidente de Estados Unidos Donald Trump ofreció ayer su primera entrevista desde que abandonó la Casa Blanca el 20 de enero para hablar de su amigo Rush Limbaugh, un popular comunicador conservador fallecido ayer, en una conversación en la que insistió en sus acusaciones infundadas de fraude en las pasadas elecciones y criticó al Partido Republicano.
Trump, que se encuentra en su club de golf de Mar-a-Lago, en Florida, intervino telefónicamente en la cadena de televisión Fox News para elogiar la figura de Limbaugh, que lo entrevistó en varias ocasiones.
“Rush creía que habíamos ganado, y yo también, creo que ganamos sustancialmente (las elecciones), y Rush pensaba que habíamos ganado, sobre las 22, 22:30 horas estaba finiquitado (del 3 de noviembre cuando se celebraron las elecciones), y mucha gente lo siente así también”, afirmó Trump.
“No creo que eso le hubiera pasado a ningún demócrata, hubieras tenido disturbios en todas partes si eso le hubiera pasado a los demócratas, no tenemos el mismo apoyo en ciertos niveles del sistema (del partido) republicano, pero tenemos gente genial entre los republicanos —agregó el exmandatario—. Rush sentía que habíamos ganado y estaba bastante enfadado sobre eso”.
Desde que las proyecciones de los medios de comunicación dieron al demócrata Joe Biden como ganador de las elecciones presidenciales cuatro días después de su celebración, Trump ha insistido en sus acusaciones de fraude electoral sin aportar pruebas y no llegó a reconocer el triunfo de su rival hasta después de que la Cámara Baja aprobara el 13 de enero la acusación para abrir un juicio político contra él por el asalto al Capitolio del país.
El 6 de enero cientos de seguidores radicales de Trump irrumpieron en la sede del Congreso mientras se celebraba una sesión conjunta de ambas cámaras para ratificar la victoria de Biden en los comicios.
Minutos antes del asalto, el entonces presidente saliente pronunció un discurso incendiario desde la Casa Blanca donde instó a sus partidarios a marchar hacia al Capitolio para “detener el robo” de las elecciones.
Esa intervención sirvió de base a los demócratas para abrir un juicio contra él en el Senado, bajo el cargo de haber incitado a la insurrección, del que Trump fue absuelto el pasado fin de semana, al no haber votos suficientes para condenarlo.
Como Trump ya no es presidente, se hubiera enfrentado a una posible inhabilitación para ejercer cargos públicos en el futuro.
Desde el asalto al Capitolio, Trump, que durante su mandato estuvo omnipresente en Twitter, tiene bloqueadas sus cuentas en las principales redes sociales.