MÉRIDA, Yucatán, martes 16/02/21.- Con una vida llena de incongruencias, traiciones y “veleteadas” es difícil créele a Verónica Camino Farjat cuando dice que desde MORENA no buscará la candidatura para la alcaldía meridana.

Después de cambiar de partido político tres veces, en menos de tres años, es difícil que esta tizimileña tenga palabra de honor, ya que se mueve por sus intereses personales y no por convicciones ni ideales.

En Epistemología (teoría del conocimiento) se enseñan, entre otras muchas cosas, razones por las cuales se debe creer a una persona y realmente Verónica carece de todos los principios que hacen a una persona digna de fiar: Carece de autoridad moral, dice una cosa y hace otra, traiciona cada vez que le conviene, busca su provecho personal, no tiene principios éticos y morales y miente tanto como Pedro, el del cuento del lobo.

Con todo esto que se deduce de la personalidad de esta mujer, es difícil creer lo que ella diga; lo más que se le puede dejar es el beneficio de la duda.

Yo puedo decir, con argumentos suficientes, que, luego que le llovió sobre mojado una andanada de críticas por su cambio, lo que ni ella ni sus patrocinadores esperaban, la mandaron a decir que no busca la alcaldía, y en un mes ya se habrán olvidado de ti y entonces te colocamos de candidata.

Piensa mal y acertarás, decía mi abuelita, además de que no tengo ninguna razón para creer en esta mujer que miente como se cambia de ropa y traiciona cuando busca sus intereses personales. Si usted quiere creerle es su problema, lo más que le dejo es el beneficio de la duda.