CIUDAD DE MÉXICO, martes 09/02/21(EFE).— Tras dos semanas aislado en el Palacio Nacional enfermo de Covid-19, el presidente Andrés Manuel López Obrador, reanudó ayer su actividad pública sin mover ni un ápice su polémica visión sobre la pandemia: seguirá sin usar cubrebocas y retomará sus giras por todo el país.

Con su tradicional “¡Buenos días, ánimo! y buen semblante, López Obrador reapareció por sorpresa en las ruedas de prensa diarias del gobierno, donde no se le veía desde que dio positivo por coronavirus el 24 de enero tras una gira por el norte.

El contagio y las dos semanas de convalecencia de López Obrador, de 67 años, hipertenso y que tuvo un infarto en 2013, no fueron suficientes para que el mandatario cediera en su obstinada postura de no usar cubrebocas en público, a pesar de que lo recomiendan las autoridades sanitarias.

Una postura que contrasta con la instaurada por la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, encargada de dar las ruedas de prensa las dos semanas pasadas, en las que el cubrebocas era obligatorio.

Malaquías López, profesor de Salud Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), opinó que la visión del presidente es “un error que influye sobre la gente”.

Además, López Obrador aseguró que esta misma semana retomará sus giras, en las que algunas veces se abraza y besa con ciudadanos, y defendió no imponer medidas sanitarias obligatorias a la población.

“Me empezaron a aplicar antiviral desde el lunes (25 de enero) y antiinflamatorios. Afortunadamente dio buenos resultados. Estuve con molestias: los dolores de cuerpo, afortunadamente poca temperatura y fui saliendo a medida que me aplicaron el tratamiento”, aclaró ayer el mandatario.

Según explicó, fue atendido “con cariño” por un equipo liderado por el secretario de Salud, Jorge Alcocer, y conformado por un internista, un cardiólogo, un médico del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), un médico militar y otros dos.