MÉRIDA, Yucatán, lunes 25/01/21.- Con una cola más larga que la de un dinosaurio, el polémico ex alcalde de Tekax, Josué Manancé Couoh Tzec, (a) “Doctor Amor” quiere regresar a saquear las arcas municipales y por eso quiere vestirse de “Moreno” para contender por la alcaldía.  

Con una administración municipal llena de escándalos sexuales y de corrupción, que le dio dinero para regalarle a su tesorera Juana Gabriela Ávila Buenfil un auto Porsche, valuado en millón y medio de pesos, este sujeto sacó la cabeza y ahora lo tunden despiadadamente.

En su obsesión por regresar al Ayuntamiento, se alió ahora con el ex regidor tekaxeño, el ex perredista Bayardo Ojeda Marrufo, en una agrupación llamada “Unidos por un mejor país”, la cual utilizaría como trampolín para agarrar ahora la cachucha de Morena, el Verde, el PT o el partido que se deje.

Pero, el “Doctor del Amor”, bautizado así por ser médico y por sus conocidos amoríos que terminaron en una fastuosa boda con su extesorera municipal, Juana Gabriela Ávila Buenfil, no parece tenerlas todas consigo y enfrenta un repudio general.

El propio Bayardo Ojeda dijo que “no metería las manos al fuego por nadie”, al ser cuestionado en una rueda de prensa sobre las aspiraciones del exalcalde tekaxeño y las denuncias que hay contra él y que aún siguen vigentes en el Sistema Estatal Anticorrupción y en la Auditoría Superior del Estado.

El dirigente de “Unidos por un mejor país”, Sergio Osorio Romero, quedó sorprendido por los malos antecedentes de Josué Manancé, quien trató de defenderse diciendo que ya la libró y ahora hasta es un buen samaritano ayudando a gente con Covid-19.

“El Doctor del Amor”, quien le apuesta a la mala memoria del pueblo tekaxeño para tratar de ser alcalde de nuevo, está en capilla al tener encima las denuncias de corrupción, que podrían derivar en cualquier momento en fuertes sanciones e, incluso, en un proceso penal que le impedirían ir por la alcaldía, y también tiene en contra a los morenistas que lo ven como un arribista más y con una imagen que va en contra la principal bandera de la 4T: el combate a la corrupción.