CIUDAD DE MÉXICO, miércoles 20/01/21(EFE).— La ralentización en el arribo de las dosis de Pfizer contra el Covid-19 tiene a México en una situación delicada para avanzar en la meta de inocular a sus casi 130 millones de habitantes para marzo de 2022, mientras las autoridades buscan alternativas con otras vacunas.

El pasado sábado, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, reveló que el país aceptó que la farmacéutica estadounidense Pfizer redujera la entrega de dosis de vacunas contra el Covid-19, con el propósito de apoyar a las naciones más pobres del mundo.

No obstante, la decisión ha despertado suspicacias entre la ciudadanía, pues si bien el país es de los más avanzados en América Latina en la aplicación de la vacuna, la lentitud es preocupante porque la nación acumula más de 1.65 millones de casos confirmados y 141,248 muertes.

“Es una situación delicada porque no hay que dejar de lado que hoy México tiene más de 141,000 muertos y hay más de 100,000 casos activos”, dijo ayer a EFE Carolina Gómez, epidemióloga y maestra en Salud Pública.

De las 400,000 vacunas que en teoría llegaban ayer martes a México, finalmente solo arribaron 200,000 y, no será sino hasta el 15 de febrero que Pfizer resurtirá con unas 781,000 dosis.

“Estamos a punto de cumplir 11 meses con la pandemia y esta situación es preocupante porque es probable que no se elevará la cobertura, especialmente en el personal de salud que lo necesita, como el privado”, lamentó la experta de la Sociedad Mexicana de Salud Pública.

Desde el pasado 24 de diciembre personal médico en primera línea de atención de Covid-19 comenzó a recibir la vacuna de Pfizer/Biontech y, hasta el lunes pasado, de acuerdo con autoridades de salud, se han aplicado poco más de 492,000 dosis.

Para el doctor Alejandro Macías, infectólogo y excomisionado para la atención de la influenza, el freno en la vacuna impactará “sustancialmente” en el programa de vacunación del país.

Sin embargo, el propio López Obrador aseguró ayer martes todo lo contrario. “No afectará el plan de vacunación que se tiene programado”, y afirmó que para finales de marzo estarán vacunados 15 millones de adultos mayores, con lo que se reducirá hasta en 80% la mortalidad.

Macías indicó que preocupa que no se pueda cumplir especialmente con las dosis que requiere el personal de salud, pues la vacuna representa una luz en medio del agotamiento que viven médicos y enfermeras que luchan a diario contra el coronavirus.

El canciller Marcelo Ebrard intentó ayer martes calmar los ánimos al asegurar que para marzo México tendrán 21 millones de vacunas contra el Covid-19.

Para ello, de acuerdo con el funcionario, el país dispondrá de biológicos de la china CanSino, que tiene previsto entregar 6.95 millones de dosis, la de AstraZeneca que aportaría 2 millones de dosis y la rusa Sputnik V, de la que se conseguirían 7.4 millones de dosis. Estas se suman al compromiso de Pfizer de surtir 5 millones para finales de marzo.

El problema, según la maestra Gómez, es que se está hablando de algunas vacunas que no cuentan todavía con la aprobación de Cofepris (Comisión Federal para Riesgos Sanitarios) para su uso de emergencia.

“Por ejemplo, en el caso de CanSino, ni siquiera se conocen los resultados de sus ensayos”, lamentó.

Sin embargo, Marcelo Ebrard ha dicho que será a finales de esta semana cuando el laboratorio chino presente su solicitud ante la Cofepris.

Mejorar el camino

Si bien la llegada de la vacuna al país ha sido un halo de esperanza para el combate a la pandemia, el gobierno mexicano aún tiene que trabajar en mejorar su plan de inmunización.

Esto pese a que el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, ha dicho que este programa, presentado el 8 de diciembre de 2020, es muy semejante al que tienen varios países europeos.

“Para mí, ni siquiera es un plan, es un calendario, porque un plan incluye metas, objetivos de cobertura, logística, capacitación del personal y, sobre todo, los recursos para adquirir las vacunas”, afirmó Carolina.

Las autoridades mexicanas han reiterado en diversas ocasiones que han invertido 32,000 millones de pesos (unos 1,600 millones de dólares) con el objetivo de vacunar a sus casi 130 millones de habitantes a más tardar en marzo de 2022.

Sin embargo, para la maestra Carolina Gómez, el objetivo se ve lejano e incluso la meta de vacunar a 15 millones de adultos mayores parece difícil.

“No vemos una logística firme. Se va a optar por llevar la vacuna a esas personas de forma poco ortodoxa, se debe recomponer el camino para cambiar que las vacunas lleguen a las personas y no las personas tengan que ir por ellas”, puntualizó.

En medio de todo, la renuncia de Móriam Veras Godoy —responsable del plan de vacunación nacional que dimitió el pasado sábado argumentando problemas de salud— también añadirá un reto para poder alcanzar las metas gubernamentales.