NUEVA YORK, domiingo 13/12/20 (EFE).— Estados Unidos comenzó el sábado a preparar las primeras dosis de la vacuna contra el Covid-19 de Pfizer y BioNTech, un día después de que el regulador de medicamentos aprobara su uso de emergencia, con lo que se da paso a una fase compleja que intentará realizar las primeras inoculaciones a varios millones de personas a partir de mañana lunes.
Estados Unidos es el sexto país, tras Arabia Saudí, Baréin, Canadá, México y Reino Unido, que autoriza el uso de la vacuna de Pfizer y la alemana BioNTech, que ha demostrado en pruebas clínicas con 44,000 voluntarios una efectividad del 95% contra el Covid-19.
Bajo el acuerdo entre Pfizer y el gobierno estadounidense, dentro de la Operación Warp Speed para obtención de terapias contra el Covid en tiempo récord y que ha dedicado más de 10,000 millones de dólares a la vacuna anticovid, la farmacéutica proveerá 100 millones de dosis de su vacuna hasta marzo libre de costo para los estadounidenses.
“Hoy es el día D. Es el día en que comienza la misión. En el pasado fue el comienzo del fin de la II Guerra Mundial y ahora será el comienzo del fin de la pandemia”, indicó en rueda de prensa el general Gus Perna, el militar que ha liderado la planificación de la distribución de las vacunas por todo el país dentro de la histórica Operación Warp Speed (Más rápido que la luz).
Perna aseguró que las primeras vacunas llegarán a algunos de los alrededor de 600 puntos de vacunación establecidos por los estados el lunes por la mañana y desde entonces se mantendrá “una cadencia de distribución constante” de vacunas para llegar a los 40 millones de dosis a final de este mes. “Ahora mismo (las vacunas) están siendo empaquetadas y comenzarán a salir mañana por la mañana de las instalaciones de fabricación”, añadió el uniformado.
La atención este sábado estaba puesta en las fábricas de Pfizer en Michigan y Wisconsin, donde se vieron los primeros camiones que deberán transportar los congeladores ultrafríos que mantienen el suero a temperaturas de 70 grados centígrados bajo cero.
Hospitales en los 50 estados ya han preparado los gélidos arcones donde almacenarán parte de las 2.9 millones de dosis que se espera que se distribuyan en la primera semana y que irán a parar primero a internos y trabajadores en residencias de ancianos.
El complejo proceso fue delineado anteanoche a grandes rasgos en un mensaje del presidente, Donald Trump, a la nación y requiere la colaboración entre Pfizer —que ha creado unas cajas ultrafrías con tecnología de seguimiento GPS y control de temperatura—, los grandes operadores logísticos estadounidenses Fedex y UPS, las Fuerzas Armadas, los responsables estatales de sanidad y finalmente de hospitales y farmacias que administrarán las dosis.
El desafío logístico es aún más grande si se tiene en cuenta que tras tres semanas se debe administrar una segunda inyección para garantizar la inmunidad que se ha registrado en los ensayos.
Se prevé que este primer lote de vacunas no sea suficiente para todos los estados, que tienen potestad en la distribución dentro de los grupos prioritarios creados por los Centros de Control de Enfermedades (CDC, en inglés), aunque se espera que la próxima semana se incorpore al conjunto de inmunizaciones autorizadas la candidata de la farmacéutica Moderna.
Estados como Nueva York esperan vacunar en lo queda de año a todos sus residentes y empleados en residencias de ancianos, para proceder inmediatamente después a inyectar a personal médico, de emergencias y que se encuentra en la primera línea de la lucha contra esta pandemia que ha dejado en este país casi 300,000 muertos, más que en ninguna otra nación del mundo.