CIUDAD DE MÉXICO, miércoles 09/12/20.- Según los Centros de Control de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC), por sus siglas en inglés), los anticuerpos son proteínas que ayudan a combatir infecciones y pueden proteger a una persona para que no vuelva a tener la misma enfermedad (inmunidad). Y son diferentes según cada enfermedad. Por ejemplo, los anticuerpos contra el sarampión lo protegen de esa enfermedad si vuelve a estar expuesto a ella, pero no lo protegen de las paperas si está expuesto a paperas.
En este año dominado por la pandemia del nuevo coronavirus que genera la enfermedad COVID-19, los científicos descubrieron que los anticuerpos IgA, que abundan en mucosas infectadas como las de la faringe, son los primeros que aparecen cuando una persona la contrae y los que mejor neutralizan el coronavirus.
Eso se descubrió en dos investigaciones presentadas esta semana en la revista Science Translational Medicine. En una de las investigaciones, médicos del hospital Pitié-Salpêtrière de París han evaluado la respuesta inmunitaria en la sangre, la saliva y el fluido de los pulmones en 159 pacientes con COVID-19 y observaron que las células que producen anticuerpos en la sangre aumentan rápidamente en los primeros 9 días después del inicio de síntomas, llegan a su nivel máximo entre los días 10 y 15 y después empiezan a decaer. En contra de lo que esperaban, las células plasmáticas que aumentan primero son las que producen anticuerpos del tipo IgA, y no del tipo IgM.
El descubrimiento, señalan los autores de ambos trabajos, puede ayudar a mejorar en el futuro las vacunas contra la Covid-19. “Estos resultados sugieren que hacer tests de IgA puede mejorar el diagnóstico precoz de la COVID-19”, escriben los investigadores del hospital Pitié-Salpêtrière en Science Translational Medicine.
Se sabe que la mayoría de los tests serológicos para COVID-19 detectan los IgM (ya que en general son los primeros en reaccionar cuando el sistema inmunitario detecta una infección vírica) y también los IgG (que son los más abundantes), pero no los IgA. El estudio demostró también que los anticuerpos IgA neutralizan el virus SARS-CoV-2 de manera más eficiente que los IgM y los IgG, ya que bloquean mejor la proteína S del virus que se une a las células humanas para infectarlas.
“Nuestros hallazgos sugieren que la inmunidad mediada por IgA puede ser un mecanismo de defensa determinante contra el SARS-CoV-2 que puede reducir la infectividad de las secreciones humanas y por lo tanto la transmisión del virus. Este descubrimiento también puede guiar el desarrollo de vacunas que induzcan respuestas específicas de los IgA”, agregaron los cienticos.
Otro equipo de investigación de la Universidad Rockefeller de Nueva York llegó a la misma conclusión luego de analizar los anticuerpos IgA en 149 personas que superaron el COVID-19. “El objetivo de este estudio era investigar la respuesta de los anticuerpos IgA al SARS-CoV-2 [porque] la contribución precisa de los IgA no se ha descrito hasta la fecha”, escriben los investigadores, dirigidos por Michel Nussenzweig, un referente mundial en inmunología y uno de los líderes en el estudio de la respuesta inmunitaria contra COVID-19.
En el experimento más importante de la investigación, los IgA han mostrado una capacidad de neutralizar el coronavirus entre 5 y 10 veces superior a la de los IgG. Esta gran capacidad neutralizante se ha observado cuando los IgA adoptan forma de dímero (una estructura con dos piezas, que es la predomina en las mucosas de la boca y la faringe) pero no cuando tienen forma de monómero (una estructura de una sola pieza).
Los expertos de la Universidad Rockefeller ya clasificaron a los IgA como una primera línea de defensa contra los virus que infectan mucosas, como el del COVID-19 y los de la gripe y resaltaron que una vacuna administrada por vía nasal y diseñada para estimular estos anticuerpos podría ofrecer una protección eficaz contra las infecciones respiratorias. En el caso de la gripe, los anticuerpos IgA han demostrado ser más efectivos para prevenir infecciones que los IgA tanto en ratones como en personas. Una vacuna experimental contra COVID-19 administrada por vía nasal ha estimulado la producción de anticuerpos neutralizantes y células inmunitarias que han prevenido la infección en ratones, según una investigación de la Universidad Washington en San Luis (EE.UU.) presentada en octubre en la revista Cell.
Las autoridades sanitarias de Estados Unidos homologaron el test del laboratorio Roche que permite medir el nivel de anticuerpos de las personas expuestas al covid-19, anunció el grupo suizo hace dos semanas. Este test serológico, llamado Elecsys Anti-SARS-CoV-2, fue homologado dentro de una autorización de emergencia de la agencia estadounidense de los medicamentos, la FDA, afirmó Roche en un comunicado. El test, que se realiza gracias a una muestra de sangre, ya se practica desde septiembre en países que aceptan el marcado de conformidad europea CE.
La prueba mide los anticuerpos contra la proteína de la espícula (proteína S), que rodea la membrana que recubre el coronavirus SARS-CoV-2, y que es una especie de llave que permite al virus penetrar en las células humanas.
Varias vacunas en estudio investigan si se puede estimular una respuesta de los anticuerpos contra esta proteína, recuerda el grupo suizo, que recalca que su test se usa para medir la respuesta inmunitaria de los pacientes y seguir su evolución. También puede usarse para los donantes de plasma, otra pista estudiada para producir un tratamiento contra el nuevo coronavirus.