MÉRIDA, Yucatán, jueves 03/09/20.- El violador y ladrón confeso Guadalupe Rivera Morales logró reducir su condena, al someterse a un procedimiento abreviado y lo condenaron a 16 años de prisión por los delitos de violación y robo con violencia.
El 12 de diciembre del 2019, este sujeto entró a una vivienda del fraccionamiento “Villas de Umán”, donde se encontró a una señora e hijas, las sometió, ató y ultrajó a la mujer, para luego robarle sus pertenencias, sin importarle la presencia de las menores.
Al condenarlo, la juez de control de Umán, Diana Yadira Garrido Colonia, le impuso también el pago de 346 días multa, por ser delitos de tipo doloso y, con la anuencia de las partes involucradas, se le declaró penalmente responsable de los delitos imputados, le impusieron las penas y quedó en firme la sentencia.
Igualmente se le impuso la reparación del daño a que pudiera tener derecho la mujer violada, y que se deje a salvo el derecho de ella para acreditar la reparación del daño por los objetos que le robó Rivera Morales.
En cuanto a la violación, lo condenaron a la reparación del daño de manera abstracta, y quedó a salvo los derechos de la víctima para acreditar el monto en la etapa de ejecución de sentencia.
Lo amonestaron, le suspendieron sus derechos políticos y los de sustitución de sanciones.
A Rivera Morales lo denunció M.C.G.G.
Según dijo en la denuncia la señora, el jueves 12 de diciembre, a las 9 de la mañana, este sujeto entró sin permiso a una casa de la calle 32-A del fraccionamiento “Villas de Umán”, en donde estaba M.C. y sus hijas; Guadalupe amenazó a una de las menores y le dijo “esto es un asalto” y le pidió, tanto a la querellante como a sus dos hijas, que se acostaran en el suelo boca abajo.
Luego salió de la recámara y tomó de la cartera de la mujer el dinero en efectivo; regresó donde estaba la mujer y sus hijas y les colocó una sábana encima, para posteriormente solicitarle a la madre que se acostara boca abajo en la cama de ese cuarto y la amarró de pies y manos.
El sujeto se desabrochó el cinturón de su pantalón, cargó a la mujer y la llevó a la otra recámara, donde la obligó a hacerle sexo oral.
No conforme, el sujeto cortó la tela con la que amarró los pies de la víctima y le retiró por completo la ropa interior y la violó. Enseguida se retiró y salió por la puerta principal de la casa.
Repuesta del susto, la mujer se dio cuenta que lo que le había robado, además del dinero en efectivo, era una arracada de oro, una cadena de oro y un celular.