KANASÍN, Yucatán, miércoles 26/08/20.- Norma, de 36 años de edad y vecina de “Villa Oriente” se convirtió ayer en el segundo feminicidio en seis días, pues la mataron en la sala de su casa, donde su hija la halló sin vida y en medio de un charco de sangre.

El macabro hallazgo de la dantesca escena la realizó, poco antes de las 17:00 la joven Janete Reyes, quien llegó a la casa de su mamá, ubicada en la calle 65-G con 10 del fraccionamiento antes mencionado y la halló en la sala, desnuda y sin vida, entre un charco de sangre.

Ante la impactante escena, la jovencita comenzó a gritar desesperada y angustiada, de modo que llamó la atención de vecinos, quienes de inmediato llegaron para socorrerla y llamaron a los números de emergencia de la policía estatal; policías de la Secretaría de seguridad Pública (SSP) llegaron de inmediato y confirmaron la muerte de la mujer y minutos más tarde informaron que detuvieron a dos personas.

El jueves 20, Enrique N. H. mató de dos balazos a su novia Fernanda G, en una casa del fraccionamiento residencial pensiones y luego se suicidó con la misma arma, pues se mató de un certero disparo, en el techo de la vivienda, mientras el cuerpo inerte de su novia estaba tirado en la terraza de la casa.

Con el asesinato de Norma, ya son ocho los feminicidios ocurridos en Yucatán en lo que va de 2020, cifra que ya superó a la de 2018, cuando hubo siete de estos crímenes, contra los cuatro del año pasado.

Los siete feminicidios anteriores son los siguientes: el primero ocurrió a finales de enero, en San Sebastián, cuando a la franco-canadiense Henrietta la asesinó su esposo Jean Paul L, de 76 años de edad.

El segundo y tercer feminicidios fue en febrero, cuando Sergio N.V. estranguló a su mamá Gladys Leticia del Socorro Villanueva Uribe, de 62 años de edad, y a su abuela Ana Felicia Uribe Madera, de 88 años de edad. Este doble homicidio ocurrió en el Fraccionamiento del Arco, del norte de Mérida, y habría sido motivado por la posesión de dinero y propiedades de ambas mujeres, de modo que Sergio tuvo confrontaciones con su madre, que incluso lo llevó a agredir a su progenitora en fechas recientes y fue por eso que la ahora occisa pidió una restricción judicial para que su vástago no se acerque. Las mujeres fueron halladas estranguladas en el interior de su domicilio ubicado en la calle 19-B número 100-K entre 16 y 18 del fraccionamiento Del Arco.

En marzo, con celos enfermizos, José Enrique Y.Ch. le ocasionó traumatismo raquimedular a su mujer Suemy del Socorro Yam Canché, quien el martes 24 de ese mes murió en el Hospital O’Horán, y él está preso. El domingo 22 de marzo, luego que le ocasionó diversas lesiones, al morderla en varias partes del cuerpo, la sujetó de los brazos, se los puso en el cuello, la levantó y luego la dejó caer, lo que le ocasionó a la mujer fractura de vértebras cervicales.

El quinto feminicidio fue en mayo en Umán, cuando a Aeriani Yazmín Collí, de 22 años de edad, la asesino su ex pareja Gabriel Humberto A. P., luego que la citó para tratar de reiniciar su relación sentimental con la joven, ya que una semana atrás se separaron, de modo que el sujeto se salió del domicilio conyugal, para irse a vivir a la casa número 298-B de la calle 36-B  con 27, del fraccionamiento “Los Colorines”, de Umán, a donde fue la joven mujer.

Ese fatal día una persona llegó a la casa y le compró a Ariani unos perfumes y momentos después se despidió de ella y de Gabriel, pero antes de retirarse vio que la joven y Gabriel entraron a la casa, pero a las 22:20 horas, el hermano de Ariani le habló por teléfono celular y cuando ella le contestó la escuchó muy alterada y enseguida oyó la voz de un hombre diciendo “dame eso, con quién hablas maldita puta” y se cortó la llamada. Luego la estranguló hasta matarla e intentó suicidarse, pero no lo consiguió.

En junio, asesinaron a Irlanda, de 36 años de edad y arrojaron su cadáver en Ciudad Caucel y hasta ahora no se sabe quien la mató.

El séptimo fue el de Enrique N, quien la semana pasada mató a Fernanda, de dos balazos, que acabó con una relación enfermiza que duró unos dos años, de pleitos constantes.

Norma, de Kanasín fue la octava víctima fatal de uno o dos degenerados hombres, que por razones que se desconocen la mataron.