Mérida.- Oscar Rivera y todos los aficionados de los Leones de Yucatán no pueden olvidar el Juego Perfecto del 7 de agosto del 2005.

Han pasado 15 años de la hazaña ante los Guerreros de Oaxaca y todos recordamos la noche como si fuera ayer. Ese día se concretaba también la hazaña de un regreso en la serie ante los Guerreros de Oaxaca, a quienes se venció en la serie de playoffs en siete trepidantes partidos.

“Hay que ganar como sea, a mí me interesaba más ganar el juego, que el Juego Perfecto”, dijo Rivera al rememorar la fecha en una entrevista con Marcelo Canto, en Proyecto Sardina.

El zurdo sonorense dijo que sigue recordando la hazaña con mucha alegría, ya que esa noche se consagró como el lanzador estelar de los Reyes de la Selva, que bajo el mando de Lino Rivera un año después consiguieron el título en la Liga Mexicana de Béisbol.

“Es algo que sin duda queda en la memoria no sólo mía, sino en los compañeros de equipo y en los aficionados”, afirmó.

Recordó que Lino Rivero inyectaba mucho entusiasmo y positivismo, lo que tuvo que ver con los años más exitosos de la franquicia en la era de don Gustavo Ricalde Durán.

A los 23 años de edad, Rivera Ruiz recordó que no hizo nada especial ni el día previo al séptimo partido, sino que sólo fue a su casa a cenar con su familia.

“Me tocó esa responsabilidad y la tomé con mucha madurez porque quería demostrar lo que queríamos hacer no sólo Oscar Rivera sino el equipo de Leones de Yucatán. Me desperté con todas las ganas del mundo, yo creo que estar siempre positivo eso ayuda mucho. Al llegar al campo y ver a mis compañeros esperando, porque normalmente el abridor llega un poco después porque no iba a practicar ese día, con música en los vestidores, que me den la palmadita de que vamos Oscar con todo, sumando a la gente que fue al parque. Yo creo que toda esa responsabilidad la asumí de buena manera y se logró el juego tan especial para mí”, afirmó.

Dijo que sólo una vez volteó a ver la pizarra y fue cuando sacó el out 24, la octava entrada, y allí se sentó en su lugar, no sintió presión y lo único que hizo fue taparse la cabeza con una toalla.

“Pedí a Dios que sea lo que sea, que sea su voluntad y seguir en mí mismo paso, sin hacer de más, seguir el mismo ritmo y la historia se consumó”, contó.

El grito de “Rivera”, “Rivera” desde el graderío es algo que todavía recuerda algunas noches.

“Es un momento en que todo quieres que te salga bien, no defraudar a la afición y mantenerme en el sentimiento de la gente”, recalcó.

Rivera, que entonces cumplía su quinta temporada en la LMB, lanzó en el 2005 con marca de 7-6 en ganados y perdidos. En ese playoffs, ante los Guerreros de Oaxaca la serie regresó al Kukulcán con 3-2 a favor de los oaxaqueños.

El sexto choque se ganó 1-0 y todo quedó listo para la noche histórica, pues Rivera labró el único Juego Perfecto en la postemporada de la LMB, hasta ahora.

El último out fue un ponche a José Montenegro, quien un lanzamiento antes había reclamado un lanzamiento cantado como bueno para llenar la cuenta.

Pero tras un lanzamiento por la zona la fiesta de las gradas se trasladó al campo en donde los jugadores cargaban a hombros a zurdo de Magdalena de Kino. El resultado final fue 1-0 y su receptor fue Héctor Castañeda.