MÉRIDA, Yucatán, miércoles 08/07/20.- Ayer falleció don Carlos Menéndez Navarrete, tercer director del Diario de Yucatán; un caballero en toda la extensión de la palabra, un gran periodista y muchas otras virtudes más.
En el devenir de la historia le correspondió ver acabarse las grandes atrocidades del hombre, como el comunismo, el muro de Berlín y en el entorno local tuvo la dicha de ver caer al PRI, contra ese partido corrupto al que combatió siempre.
Ya muchos se encargarán de hablar, a partir de hoy y durante varios días de don Carlos; yo sólo quiero recordar un pasaje que me tocó vivir, junto con mis compañeros reporteros en una fiesta de Navidad, que se realizó en el Hotel Villa Mercedes hace poco más de tres lustros.
Un día antes del desayuno, un grupo nos pusimos de acuerdo para llegar temprano, ganar una mesa y sentarnos juntos para hacer relajo y estar relajados sin los jefes cerca.
Los que nos pusimos de acuerdo fuimos el “Chombo” (Rudecido Ferráez Y García), “Xkau” (Willy Casanova); el “Chino” (Luis Fuentes); el “Chiapaneco” (Carlos Gebhard), y “Chanito” (Joaquín Chan). No recuerdo si el Buctzoztlovaco (Tony Puc) fue convocado, porque a veces era mamila, y menos a Hansel Vargas, conservador, católico y panista.
Tal vez escapen a mi memoria otros convocados como el “Magistrado” (Félix Ucán). tampoco recuerdo si convocamos a Muñocito Vega (Rafael Vega Valladares). Ya no estaba en el DY Armando Escalante, porque ya se había ido a vivir, como hasta hora, de la abundancia del PAN.
Lo cierto es que al desayuno llegamos temprano, ocupamos una mesa, pero sucedió lo que no queríamos, -tener cerca a los jefes-, y en nuestra mesa se sentó la plana mayor del DY: Primero llegó el licenciado Muñoz, que nos vio y sentó, luego lo imitó Manuel Triay y Carlos Menéndez Loza. Obviamente, cuando don Carlos llegó se sentó en la mesa y nuestros planes de relajo y estar lejos de los jefes se derrumbaron en un abrir y cerrar de ojos.
Lo cierto es que don Carlos, ameno platicador, buen contador de chistes y enterado de todo, entre las cosas que dijo fue que Yucatán era el estado que más leía y entre lo que más leían los yucatecos estaba el Diario de Yucatán; citó fuentes y puso ejemplos para reforzar este hecho.
Castigo divino, acabó el desayuno navideño y nos fuimos al Diario a ver otra vez a los jefes, de los que quisimos escapar…
Hay muchas otras anécdotas de la inteligencia, profesionalismo, caballerosidad y buen humor de don Carlos.
P.D. Sólo “Chanito” sigue en el DY de ese grupo de rebeldes.