MÉRIDA, Yucatán, domingo 14/06/20.- El gamberro que llevaba adentro Antonio N. R. afloró apenas se casó con Sandra L.J., a quien golpeaba, humillaba e insultaba a placer y a veces sin motivo alguno.

Cansada del mal trato y de las agresiones, la mujer lo denunció, lo detuvieron, lo imputaron por los delitos de violencia familiar y lesiones y el juez de control Luis Armando Mendoza Casanova lo dejó preso durante todo el tiempo que dure el proceso; programó para el miércoles la audiencia de vinculación.

Esta pareja contrajo matrimonio en marzo de 2018 y se fueron a vivir al fraccionamiento “Sian ka’an”, pero desde ese momento empezaron las agresiones físicas y psicológicas contra la mujer, al grado que constantemente la humillaba y amenazaba con echarla de la casa o encerrarla sin comida.

Lo último que soportó la mujer fue el sábado 18 de abril de este año, en hora de la tarde, cuando el sujeto empezó a agredirla verbal y físicamente. Sin motivo aparente la golpeó con el puño cerrado en varias partes del cuerpo y luego trató de estrangularla y aporreó el cráneo de su esposa contra de la pared.

Luego la empujó violentamente contra una estufa, de modo que Sandra se lesionó la cadera, pero el energúmeno le jaló el pelo y le arrancó varios mechones.

La mujer acudió a denunciarlo, pues resultó con lesiones que tardan más de 15 días en sanar.