MÉRIDA, Yucatán, martes 05/05/20.- ¿Sabías que la manzana, el melón, mango, papaya y pera son frutas que se deben comer en la noche o a cualquier hora de día y qué el plátano, piña, naranja y sandía sólo se deben consumir a las 11 de la mañana y a las 17 horas? Esos y otros secretos se encuentran en alguno de los nueve libros sobre alimentación del médico cubano Iván Chile Martínez, quien desde hace varios años promueve en México y Latinoamérica la nutrición cronobiológica y bioenergética.

—Actualmente hay una nueva ciencia llamada alimentación del cambio o nutrición cronobiológica y bioenergética que se basa en la forma de preparar, combinar y el horario en que se debe tomar cada alimento —explicó.

En entrevista exclusiva sobre la conferencia Nutrición Cronobiológica y Bioenergética “El eslabón perdido de la alimentación”, dijo que el secreto fundamental se basa en la combinación de los alimentos para que puedan digerirse bien y alimentar al cuerpo.

—Si hay digestión el cuerpo se alimenta, de lo contrario fermenta y se pudre en nuestro cuerpo, convirtiéndose en alcohol. Eso ocasionaría aumento de calor y PH en nuestro cuerpo y por lo tanto nos enfermaría —precisó.

El especialista cubano, quien lleva más de 15 años viviendo en Yucatán, también habló de los altos índices de obesidad que se registran en México, “es un problema serio”.

—El problema con los alimentos es la hora y lo que se consume. Por ejemplo, se desayuna muy mal, se come corriendo en el trabajo o en la calle y, como hay un déficit en la alimentación, cuando llegas a casa quieres comer de todo y es cuando no se digiere, por eso la gente aumenta de peso —explicó el autor de tres libros sobre Ecología.

—¿Cómo ayuda cambiar los horarios de los alimentos?

Su respuesta fue sencilla al poner el ejemplo de los tacos, “no es una buena alimentación, pero si te los comes a las 9 de la mañana en vez de las 21 horas se digieren y te cambia el PH y la nueva información de tu cuerpo va logrando que no te enfermes y te sientas mejor”.

La nutrición cronobiológica y bioenergética también nos hace dirigir los ojos al campo, a consumir frutas y verduras frescas.

—Nuestro programa se basa en que debemos consumir lo que producen los campesinos, en alimentar nuestro cuerpo de la forma más natural posible —aseveró al tomar una manzana y oler su delicioso perfume.

Al mostrar la forma y el color perfecto de la fruta, el especialista en nutrición aconsejó: “propongo consumir lo que siembra el campesino, dejemos de invertir millones en comprar a otros países”.

—Miremos al campo de México y Latinoamérica y paguemos mejor a nuestros campesinos, vamos a invertir más en programas sociales —dijo y agregó que forma parte de un plan en el que el 50 por ciento de los árboles que se siembran son frutales, “no sólo son fundamentales por la sombra y el oxígeno que nos brindan, sino porque nos alimentan”.

Si en todos los parques de México y el mundo hubiera un árbol de frutas, “los precios de los frutos estarían muy accesibles y los niños bien alimentados”.

—Muchos niños no comen frutas, porque los padres no compran ese tipo de alimentos argumentando que son caros y en las escuelas no hay una asignatura que destaque la importancia de la nutrición —comentó.

El especialista cubano habló de algunos de sus 12 libros que tienen como base la preparación y combinación de los alimentos, “porque existen alimentos vivos y alimentos muertos”.

Su obra enseña la verdad oculta de la nutrición, “cada cosa que consumimos alimenta nuestro cuerpo físico, emocional, energético, cuántico y espiritual”.

—La alimentación tienen que ver con la espiritualidad, con las conexiones de pareja, amigos y la familia, todo está relacionado —dijo e hizo un último llamado: “tomar mucha agua. Corten el ayuno con agua y notarán en su salud la diferencia”.

Martha López Huan