DZIDZANTÚN, Yucatán, viernes, 03/04/20.- En el tercer decomiso de cervezas en el municipio, en sólo tres días, ayer en la noche detuvieron al taxista Jorge A. M. (a) “Pizot”, de 50 años de edad, cuando llevaba 24 canastillas de cervezas en una camioneta Honda.

Lo detuvieron agentes de la Policía Municipal, en un retén ubicado a la entrada del pueblo, sobre el tramo carretero Dzidzantún- Cansahcab, cuando trasportaba 24 canastillas de cervezas en la parte trasera de una camioneta Honda.

El primer golpe al clandestinaje en tiempos del Covid-19 se dio el martes 31 de marzo en horas de la noche, en una casa ubicada en la calle 12 entre 15 y 13; el segundo decomiso se dio el miércoles primero de abril en un autobús de pasaje a la entrada de la carretera Yobaín-Dzidzantún, y el tercer decomiso se dio ayer en la noche, en el que cayó “Pizot” con 24 canastillas.

En una revisión de rutina, los oficiales pararon al “Pizot” y tras revisarle la camioneta encontraron dentro de cajas de cartón las 24 canastillas de cerveza, de modo que lo detuvieron y lo llevaron a la comandancia municipal, por el presunto delito de clandestinaje.
Después de ser interrogado, el taxista dijo que las canastillas de cerveza no eran de él, pues solamente dio el servicio de taxi; las cervezas fueron compradas en un establecimiento legal, las cuales las iba entregar a otra persona en el pueblo.

Aunque trasportar cerveza comprada legalmente en un establecimiento no es un delito, la mercancía fue decomisada por los agentes policiacos; aunque no se le detuvo vendiendo cerveza, se le atribuyo el delito de “clandestinaje” y, luego de pagar una multa, a “Pizot” lo dejaron en libertad horas después que lo detuvieron.

Aunque hay varios decomisos de cajas de cerveza, hasta el momento no hay ningún detenido o consignado a las autoridades competentes, aunque es tipificado como un delito federal la venta de bebidas alcohólicas en establecimientos clandestinos.

Varios ciudadanos se preguntan qué hará la policía municipal con toda la cerveza decomisada, lo reportara a las autoridades competentes o se las entregara a sus verdaderos dueños cuando pase la contingencia sanitaria, ya que nunca los detuvieron en flagrancia vendiendo bebidas alcohólicas, y la mercancía fue comprada legalmente en establecimientos.