MÉRIDA, Yucatán, lunes 02/03/20.- El defraudador  Gustavo Joaquín G.H., quien se hizo pasar como ingeniero y dueño de una “prestigiada” constructora, despojó de $420,000 a un par de personas, a las que les ofreció construirles una casa, pero no la acabó.

Este sujeto fue denunciado por los señores Manuel J.P. y Dreide Carolina. P. Ch., por el delito de fraude específico.

Sin embargo, la juez de control Ileana Georgina Domínguez Zapata sólo le impuso al defraudador las medidas cautelares de presentarse periódicamente; que deje una garantía de 3 mil pesos; someterse a vigilancia, y no salir del Estado, hasta la audiencia de vinculación que será mañana martes 3 de marzo.

A mediados de enero del 2017, cuando estaban en el centro comercial Plaza Kukulcán, Gustavo Joaquín escuchó a los quejosos, quienes hablaban de construir una casa para su hija en un terreno ubicado en la calle 41 entre 10 y 12 de la colonia “Leandro Valle”.

Se acercó a ellos y haciéndose pasar como ingeniero  les ofreció sus servicios; afirmó que tenía una constructora llamada ALZA, ubicada en el fraccionamiento San Antonio Kaua.

Ante su insistencia, ese mismo día los ahora denunciantes le mostraron el terreno y el sujeto afirmó que les construiría una casa de 182 metros cuadrados, en la que se utilizarían materiales de primerísima calidad, con un costo de 445 mil pesos.

El 28 de enero fue al domicilio del ahora querellante, junto con un tal Alejandro C.Ch., a quien presentó como el ingeniero supervisor de obra; firmaron el contrato de construcción y la pareja le entregó 10,900 pesos, por concepto de planos y trámites de permisos ante el Ayuntamiento.

El 30 de enero le entregaron a este sujeto 200 mil pesos y a partir de ese momento comenzaron las obras en el lugar señalado, pero sólo acudía el ingeniero el Alejandro C. Ch.

Para marzo, Manuel y Dreide le entregaron $100 mil, en abril $70 mil y en mayo $50 mil.

Como la obra no avanzaba, en junio supo que este sujeto no era ingeniero, que no existía la constructora, que ya se había gastado todo el dinero y la obra no se iba a terminar.

El quejoso contrató a un ingeniero, que determinó que nada más se efectuaron trabajos por un monto de 253,291 pesos.