Mérida.- El matador Joselito Adame cortó oreja en su festejo de las 500 corridas, celebrada esta tarde en la Plaza de Toros Mérida, que lució un lleno de tres cuartos de entrada en el escenario de la avenida Reforma.

Fue en su segundo de la tarde en la que el aguascalentense se lució, pese al viento que se presentó en la faena. Un toro, largo como una locomotora tenía buen estilo y si acaso le faltó un punto de ritmo, pero con el que el aguascalentense se gustó toreando al natural pese a las ráfagas de viento, para luego endilgarle muletazos por derecha de mano baja y profundidad.

La faena entre fuertes ráfagas de viento molesto, levantó el clamor popular al ir de menos a más, por lo que aquello derivó en una fuerte bronca al juez Ulises Zapata por solo otorgar una oreja. Lo mejor, la entrega de la afición yucateca que se volcó sin reservas y le hicieron dar dos vueltas al ruedo, a manera de reconocimiento.

Con su primer de la tarde, Joselito anduvo con oficio y haciendo faenas muy enteradas. Su primero, que no terminó por romperse a bueno, exigió una faena medida y estructurada. Y ni tardo, ni perezoso el hidrocálido lo cuidó hasta el último momento para sacarle partido ante el reconocimiento popular que valoró el despliegue técnico y las ganas de agradar.

Con el que cerró plaza, un toro de bonitas hechuras, de nuevo a remar contra corriente. Punteando en el capote y brindándose sin excelsitudes en la faena de muleta, el astado obligó a Joselito a otra faena plena de recursos, llevándolo con la cara muy tapada con la sarga para extraer hasta la última embestida. De nuevo los aficionados se le entregaron, más fue una pena lo de la espada perdiendo con ello la salida en volandas en tarde tan especial.

Por lo que toca al capitalino José Mauricio alcanzó sus mejores pasajes con el primer que le correspondió. El toro, vasto y de feas hechuras, fue al final el mejor de la corrida por su son, clase y temple. Tardó en centrarse el capitalino con el astado, por lo que aquello transcurrió con algunos momentos de valía, pero entre intermitencias. Se fue derecho tras la espada sepultando certera estocada por lo que fuerte fue la petición de oreja, que al final no fue concedida por el Usía.

Con sus otros dos astados, lo intentó sin poder llegar a redondear faena. Con su segundo, predominaron los enganchones, ante el desencanto de muchos que pensaron que se podría hilvanar faena y con su tercer, poco hubo para contar en casa.

Fue una corrida llena de matices, detalles de buen toreo, polémica en el biombo de la autoridad y una actuación profesional y cargada de entrega de Joselito Adame en la corrida 500 de su carrera. Los seis toros de Marrón para los toreros de pie, bien presentados y de los que destacaron dos de ellos por su calidad y nobleza, además de un ejemplar de Guanamé de mal estilo para los recortadores españoles que tuvieron una actuación plena de arrojo y espectacularidad.