MÉRIDA, Yucatán, martes 28/01/20.- Después de dos años, absolvieron de culpa a la joven madre Emily Gabriela Zapata Torres, quien en enero de 2018 mató a su pareja Humberto Ezequiel Puc Pech, cansada del mal trato que a diario le daba éste.

Un juez decretó que se extinguió la acción penal y se sobreseyó el proceso, luego que la mujer, a duras penas y durante año y medio, cumplió las condiciones para que se suspendiera su proceso.

A dos años y días del homicidio del albañil Humberto Ezequiel Puc Pech, Emily quedó libre de cargos por cumplir los requerimientos de la suspensión condicional del proceso, puesto que de esta forma se extinguió la acción penal y se sobreseyó el proceso.

Durante audiencia, el juez de control Luis Edwin Mugarte Guerrero decretó que ya no hay delito que perseguir en contra de la mujer, que estaba sometida a proceso por homicidio cometido con exceso de la legítima defensa, delito que se castiga con pena de cárcel de 2.5 años a 3.9 años.

La joven vivía un duro drama personal, pues sus tres hijos (dos son de padres distintos que no se hacen cargo de los menores, la niña que tuvo con el ahora occiso, de la que estaba embarazada cuando ocurrieron los hechos) padecían de desnutrición, carecían de recursos económicos para sobrevivir y tenían problemas de lenguaje.

El juez Mugarte Guerrero autorizó la suspensión condicional del proceso durante un lapso de un año a seis meses, en el que Emily Gabriela debió someterse a exámenes toxicológicos sorpresivos.

Se le dio también un plazo de 15 días hábiles para que encuentre trabajo y se le prohibió acercarse a menos de 200 metros de su denunciante.
Sin embargo, en dos ocasiones incumplió, pues se demostró que fumó mariguana, pero finalmente se repuso.

La sábado 20 de enero del 2018, en la noche, Emily trató de defenderse de una nueva agresión que sufría, cuando su pareja llegó en estado de ebriedad y exigió de comer y además le exigió a Emily Gabriela que le diera dinero para seguir tomando.

Ante la negativa de la mujer, el sujeto la agredió con una pala, de modo que la mujer, cansada del mal trato (ya lo había acusado en un par de ocasiones de violencia doméstica), tomó un cuchillo y se lo clavó a la altura del corazón, en hechos ocurridos en el fraccionamiento Vergel III.