MÉRIDA, Yucatán, jueves 23/01/20.- Muchos se preguntaron si después de su último fracaso en los juegos olímpicos el clavadista yucateco Rommel Pacheco busca alternativas para ganarse la vida, pues ayer lo vieron cuando vendía chicharrones y palomitas en la Plaza Grande.

Llévele, llévele, compre sus palomitas y chicharrones; “sí hay, sí hay”, así fue visto ayer por la noche el clavadista y algunos ciudadanos que lo vieron lo fotografiaron, pero aclararon que solamente ayudaba a un vendedor ambulante a vender su mercancía.

Por un momento se pensó que el clavadista ya había cambiado de oficio, pero en realidad solo demostró que es un gran ser humano y de gran corazón, “no importa a lo que te dediques, si lo haces con orgullo y pasión, estarás satisfecho siempre contigo mismo”, indicó Rommel.