MÉRIDA, Yucatán, martes 21/01/20.- Hace casi nueve años el gobierno de Ivonne Ortega reprimió brutalmente a gente que se manifestaba contra la construcción del paso “deprimido”, pero nunca se vio a Panchito Torres y otros cuervos condenar a la gobernadora, como hoy condenan a Mauricio Vila por el desaguisado de un policía.

Esa vez, el 4 de julio de 2011, mientras la policías no hizo nada para evitar una brutal agresión, “gamberros” contratados golpearon a la gente que se apostó en esa glorieta, para manifestarse en contra de la construcción del paso deprimido, pero NADIE de los priistas dijo nada y ahora se rasgan las vestiduras.

Obvio, ahora están fuera del poder, casi a un paso de desaparecer en Yucatán, ante la alianza de MORENA y el PVEM, ya que oportunistas y chambistas tricolores, como ratas, abandonan el barco tricolor y se van al del peje.

Esa vez callaron ante la represión de Ivonne Ortega Pacheco y de Angélica Araujo Lara, como ahora callan los panistas Elías Lixa Abimerhi y Daniel Ávila Ruiz, ante el anuncio del cambio de placas del gobierno estatal.

Esa vez, eran diputado local y senador, cuando  Rolando Zapata Bello era gobernador, y llegaron al extremo de decir que el cambio de placas era un crimen contra la sociedad yucateca, y que con ese cobro robaban, pues las placas costaban muy barato y el gobierno de Zapata Bello las vendía caro.

Retórica barata, llena de cinismo y de mentiras en aras de llevar agua para su molino, tanto de los panistas hace tres años, como ahora de los tricolores con el caso del policía que lanzó una granada de gas lacrimógeno.

Pero como decía mi abuela, no se le pueden pedir peras al olmo: no se puede pedir a un político que hable con la verdad y que busque el bien común y no el suyo y el de su partido político.