DZIDZANTÚN, Yucatán, domingo 19/01/20.- Tratando de imitar las tradiciones de pueblos del Oriente Estado y de Quintana Roo, como Calotmul, Espita, y Kantunilkín, el polémico alcalde Ismael Aguilar Puc mandó sembrar un ceibo en el centro del coso taurino, pero como no se montó en el palo y por copión el gran árbol sagrado para la cultura maya cayó al suelo.

De acuerdo con entrevistados, al alcalde Aguilar Puc le faltó que le digan el verdadero secreto y los rituales que se hacen antes de cortar un árbol de ceiba, y pedir permiso a la madre naturaleza, ya que desde tiempos ancestrales el ceibo es considerado como un símbolo de pureza y reivindicación en la cultura maya.

La extinta feria del tomate, hoy la feria en honor a la virgen de la Inmaculada Concepción, comenzó con malos augurios, pues en la primera noche de la fiesta hubo de todo, se cayó una mestiza en plena vaquería, se cayó el ceibo y para rematar la embajadora de la feria Yahjanni Flores Torres agredió verbalmente a bailadoras de jarana.

SABES QUE SIGNIFICA LA SIEMBRA DE LA CEIBA

El árbol de ceiba, un árbol considerado mágico por nuestros ancestros mayas, quienes pensaban que sus enormes ramas en forma de brazos sostenían el cielo y sus raíces, que estaban bajo tierra, eran tan profundas que hasta podían llegar sin problemas al Xibalbá, donde estaba el mundo de los ya sin vida, por ello se le tenía mucho respeto a la ceiba dentro de la cultura maya en general.

Fidel Baas Chuc, un antiguo rezador maya recuerda que su abuelito don Pedro Chuc, de 108 años de edad y quien vivió en Hunucmá, en Yucatán, le contó que hace muchos años un joven se casó y vivía feliz con su esposa, pero más tarde viviría una historia de infidelidad, que de acuerdo a las leyes mayas esto estaba penado con la muerte.

En el pequeño pueblo de Yucatán había un pozo, una caverna y unas matas de limonaria, que también es símbolo maya que para diciembre también da sus flores y todo van relacionados con las leyendas de la Xtabay.

Detrás del pozo había un camino milpero, por el cual a diario pasaban los campesinos; en ese pozo, diario iba una mujer virgen a buscar agua y ahí la conoció aquel joven que recién se había casado y se enamoró de él, pero se trataba de un amor prohibido.

La mujer buscaba como hacer amistad con él, y al notar que el joven retornaba de su milpa cuando ya se ocultaba el sol, ella esperaba ir al último a buscar su agua, y procuraba platicar con él con intenciones de conquistarlo.

Y pasó lo que tenía que pasar: la guapa mujer lo conquistó y tuvieron intimidad cobijados por la noche; sin embargo, tiempo después, en el pueblo comenzaron los cuchicheos, los rumores de las señoras, que juzgaban a la joven al notar que subía de peso de forma extraña, hasta que muchos señalaron que se trataba de un embarazo.

Para mala suerte de la gente, la joven era hija del comandante maya del pueblo, por lo que al enterarse la madre de los falsos testimonios pidió a su esposo castigar a la gente de la comunidad para desmentirlo, por lo que se convocó a una asamblea.

Tocaron la campana y se aglutinó la gente; entonces el general del consejo supremo maya preguntó quién levantaba falsos testimonios contra su hija, hasta que una mujer se levantó y dijo ser partera y comadrona, y dejó saber cómo se desarrolla el cuerpo de una embarazada, por lo que mandó a buscar a su hija para que aclarara la situación y la muchacha confesó que sí esperaba un hijo.

La chica reveló el nombre del papá de la criatura que esperaba y la multitud fue por aquel joven campesino para matarlo, ya que la infidelidad se pagaba con la muerte, pero la joven mujer no quiso, pues dijo que era su culpa, ya que lo sedujo, lo que ocasionó que su padre la sentenciara a muerte y la colgaron en medio del pueblo.

Después de ahorcarla, resulta que la sepultaron embrocada detrás del cementerio, con maderas en los oídos, pues la consideraban endemoniada, mientras sus hermanos lloraban; al llevarle lirios días después notaron que no había nadie en la tumba, de modo que de nuevo se tocó la campana, para ver qué había pasado.

Al llegar no estaba el cuerpo, sólo en la tumba estaba un arbolito de ceiba, de modo que convocaron a una ceremonia para castigar de nuevo a la muchacha, porque su espíritu estaba en el árbol, sin embargo, una sombra que se fue hacia una caverna los hizo seguir hasta ese lugar.

De donde, al ver a la gente, salió una mujer vestida de blanco, que al final fue conocida como la Xtabay; al seguirla a la tumba de aquella joven mujer ahorcada, la mestiza desapareció y el árbol de ceiba había ya crecido, por lo que decidieron cortar la ceiba, por eso se dice que la ceiba está barrigona porque es la mujer que murió embarazada.

Cortaron a la ceiba fue cortada y la sembraron en medio del pueblo y para escarmentarla se le daba chicotazos en el tronco, lo que ahora en las fiestas son los azotes que recibe de los lazos de los vaqueros antes de ser amarrada para cortarla.

Al notar que no sufría daños decidieron soltar un toro negro, que para las creencias de los mayas significaba el hijo del diablo por lo enigmático que era, pero este toro en lugar de embestir y destrozar el árbol de ceibo lo respetaba y enfurecido, atacaba a los habitantes.

Desde ese entonces, al árbol de ceiba se le da sus latigazos, se le rocía con el kaasaah, para quitarle esa bravura que ocasiona en los toros y como castigo se le siembra en medio del ruedo en cada fiesta tradicional.

Por tener poderes, ahora se le pide la protección, que dé su protección ahí en el ruedo, tanto para los vaqueros como para los habitantes que acuden a presenciar la corrida y, sobre todo, para los organizadores de corridas.

Por ello, entre las tradiciones se hace el loh del ruedo, se entierra dinero, como un pago a esa protección que se le pide y, sobre todo, que no haya incidentes y que los organizadores puedan multiplicar sus ganancias.

Hay gente que no cree en esta tradición y llegan a criticar la cultura del pueblo, pero digan lo que digan esta cultura es preciosa, y por ello hay mucha gente que hace su promesa e ir a cargar este pesado árbol, que se corta en alguna casa del pueblo y se lleva hasta el coso taurino.

“Cuando no se hace con devoción suficiente la feria del pueblo, o se pierde el sentido, las hojas del ceibo se caen y con ello puede sufrirse un trágico accidente dentro del ruedo o habrá muchas muertes dentro del poblado”, señaló el rezador, al finalizar su relato.