CIUDAD DE MÉXICO, domingo 19/01/20.- Científicos de las universidades de Vermont y de Tufts, en Estados Unidos, presentaron su más reciente creación, que es digna de una película de ciencia ficción: “robots vivientes”, hechos a partir de tejido de ranas.

En un comunicado, Joshua Bongard, uno de sus creadores y experto en robótica precisó que estas criaturas, denominadas “xenobots” por el anfibio africano del que obtuvieron el material genético, “no son ni robots tradicionales ni una especie animal ya conocida”.

Se trata de “una nueva clase de artefacto, un organismo vivo y programable”.

Joshua Bongard, experto en robótica de la universidad de Vermont.

¿Cómo lograron los científicos crear robots vivos?

Según se describe en la revista Proceedings of the National Science (PNAS), los robots vivientes fueron diseñados con ayuda de una supercomputadora que, a partir de un algoritmo, creó miles de diseños adecuados para que las biomáquinas ejecutaran determinadas tareas.

Luego, los científicos “dieron vida” a los diseños más exitosos, recolectando células madre de los embriones de ranas Xenopus laevis, que convirtieron en células de corazón y piel.

Después, usando unas pinzas diminutas y un electrodo aún más pequeño, las células fueron cortadas y unidas bajo un microscopio, simulando los diseños hechos en computadora. Una vez completos, estos pequeños conjuntos de células comienzan a moverse.

¿Qué pueden hacer los xenobots?

Hasta el momento, los robots de tejido viviente solo pueden realizar tareas simples, como avanzar y retroceder, pero de acuerdo con sus creadores, el objetivo es que en el futuro sirvan para suministrar medicamentos a lugares específicos del cuerpo humano o viajar por las arterias para limpiar sus paredes.

También, consideran que pueden servir para limpiar residuos tóxicos en sitios de desastre ambiental o recoger microplásticos en los océanos.

Los expertos destacaron que a diferencia de otros robots construidos con metal y plástico, sus xenobots son amigables con el ambiente, por lo que tras siete días de trabajo, comienzan un proceso de descomposición “totalmente biodegradable”, al convertirse en células de piel muertas.

Además, destacaron que sus “robots vivientes” pueden curar sus propias heridas en caso de dañarse.

AGENCIAS.-