MÉRIDA, Yucatán, martes 24/09/19.- Ante las evidentes mentiras de dos mujeres, coludidas con un sujeto que dijo falsamente que era taxista de UBER, dejaron en libertad al chino Bingda Chen, acusado de abuso sexual y violación en grado de tentativa.

A la cadena de mentiras se unieron policías de la Secretaría de Seguridad Pública y la Fiscalía General del Estado, pero el juez de control Rómulo Antonio Bonilla Castañeda no vinculó al asiático, sino que lo dejó libre y decretó que quedaba extinta la acción penal en contra del imputado.

El juzgador fue más allá y ordenó que se abra una carpeta de investigación en contra de los policías, porque, entre varias violaciones a la ley, mantuvieron 35 horas incomunicado al chino, sin defensor e intérprete, además que no dieron parte a la embajada de China.

Bonilla Castañeda decretó que quedaba extinta la acción penal en contra del imputado debido a que el supuesto chofer de Uber que transportó a los implicados, extrañamente no aparece como afiliado a la plataforma y su foto no está en la misma, a pesar que dijo que desde hace dos años trabaja ahí.

Además, dijo que hizo en 40 minutos un recorrido que, desde el punto donde subieron los pasajeros hasta el lugar del arresto, se efectúa en cinco minutos.

Por su parte, las afectadas, L.I.R.A. y D.R.A., al igual que el chofer, cayeron en evidentes contradicciones y no ratificaron sus declaraciones.

Se expuso que la presunta víctima de la tentativa de violación (una de las mujeres) no estaba tan ebria como decía, pues en el examen de alcoholimetría se determinó que estaba ligeramente intoxicada por encima del valor mínimo.

De acuerdo con datos recabados, las mujeres pesan más de los 80 kilos cada una y el chino cuando mucho 50 kilos.

Todo parece indicar que las mujeres y el chofer, que ahora resulta que no es Uber, aprovecharon que el cocinero estaba herméticamente ebrio para abusar de él  e intentar obtener un lucro.

Los policías aprehensores también están, pues abiertamente violaron los derechos del oriental, al sólo practicarle en más 8 horas dos exámenes, el toxicológico y de lesiones.

Se abrió una carpeta de investigación en su contra, porque también lo mantuvieron 35 horas incomunicado, sin defensor e intérprete, además que no dieron parte a la embajada de China.

Supuestamente le leyeron sus derechos cuando lo arrestaron y el chino firmó de enterado, cuando sólo habla chino mandarín.

Como publicamos el 12 de este mes, los hechos se dieron a las 3 de la madrugada del 8 de septiembre, cuando las mujeres salieron de la disco y antro “Capital”, alcoholizadas y pidiendo a gritos “after party”.

En eso salió el oriental, que igualmente estaba tomado, y les tomó la palabra, por lo que los tres abordaron un vehículo Ford Focus rojo, habilitado como Uber, para dirigirse a la colonia San Pedro Uxmal, para seguir la fiesta.

En el trayecto, presuntamente, el chinito, aprovechando que junto con él viajaba la mujer más tomada, empezó a despojarla de su ropa, al tiempo que la otra cantaba junto con el chofer.

Cuando reaccionó la acompañante del oriental, gritó: “¡Qué asco, güey, es un tipo raro!”, para supuestamente agarrar de la mano a la que iba de copiloto del chofer y hacer que le acaricie el miembro.

El chofer detuvo el auto en un Oxxo y se dio parte a las autoridades, que llegaron y arrestaron al chino, sin salvaguardar sus derechos.