PROGRESO, Yucatán, martes 10/09/19.- Como parte de los trabajos para hacer de El Corchito un sitio turístico 100% accesible, titulares de las dependencias involucradas visitaron el lugar, para identificar los posibles riesgos y diseñar los protocolos de seguridad convencionales y para las personas con cualquier tipo de discapacidad.

Entre algunas medidas que pudieran adoptarse son: identificar a las personas con discapacidad con algún brazalete ya que algunos, sobre todo los que tienen discapacidad visual y auditiva ya que pasan desapercibidos y en caso de alguna contingencia puedan ser detectados con facilidad.

También hay que determinar rutas y guías de evacuación, así como la señalética correspondiente, punto de reunión, alarmas visuales y auditivas, y dar explicaciones previas en caso de alguna urgencia, como sucede en los aviones antes del vuelo.

Los riesgos de accidente que pudieran ocurrir en El Corchito son, entre otros, a manera de ejemplo, que se incendie alguna palapa que hay en la reserva o en el parador -por un volador o globo de cantoya-, que alguien caiga por accidente en algún cenote, la mordedura de algún animal de la fauna que habita en el lugar, algún ventarrón inesperado que genere inconveniencias.

Fueron al “Corchito” los directores de Cultur, de Protección Civil de Yucatán (Procivy) y del Instituto para la Inclusión de Personas con Discapacidad, (Iipedey), Mauricio Díaz Montalvo, Enrique Alcocer Basto y María Teresa Vázquez Baqueiro, respectivamente.

Como informamos, los titulares de esas tres dependencias ya se habían reunido previamente y acordaron ir a ese lugar, para conocer las características propias del mismo para trabajar sobre bases más adecuadas sobre ese tema.

Durante la visita, los funcionarios también estuvieron acompañados de María Jesús Hercila Ayuso, quien tiene discapacidad visual y Jacob de Jesús Tabasco González, quienes vivieron lo difícil que hoy día es acceder al “Corchito”,  dado que las instalaciones no cuentan hoy día con las adecuaciones pertinentes.

Mauricio Díaz recalcó que precisamente eso se busca: cambiar la realidad actual a otra en donde las personas con cualquier tipo de discapacidad puedan pasear por el sitio de modo autónomo cuando ya tenga todas las adecuaciones que se harán con recomendaciones de expertos en la materia.

“Además tenemos que contar con los protocolos de seguridad, no solo los convencionales, sino también para las personas con discapacidad, de modo que nuestro personal sepa que hacer según la situación y según el tipo de limitación física de que se trate”, agregó.

El director del CULTUR precisó que cada Unidad de Servicio tiene sus propias características y probabilidades de riesgo, de manera que se trabajará en cada una de ellas de modo individual para obtener los referidos protocolos.

En el caso específico de El Corchito las posibilidades de riesgos son muy distintas a las que existen en Chichén o en Loltún, explicó.

María Teresa Vázquez indicó que el personal del parador debe estar debidamente capacitado para que sepa cómo manejar y como tratar a las personas con algún tipo de discapacidad.

Es un reto muy positivo y un enorme compromiso que adquirimos para lograr estos protocolos de seguridad que hoy día no existen, recalcó Enrique Alcocer, de Procivy.

Los titulares de las tres dependencias acordaron seguir trabajando en los próximos días para plasmar en un documento los referidos protocolos, tanto convencionales como para las personas con discapacidad.