MÉRIDA, Yucatánjueves 29/08/19.- El poder corrompe, pero el poder absoluto corrompe más, de modo que es sano que en el mismo partido los cargos públicos los ostenten personas de diversos grupos políticos.

Cuando Ivonne Ortega Pacheco fue gobernadora y Angélica Araujo alcaldesa emeritense, se llegó al grado de que, en algo nunca antes visto, el ayuntamiento meridano le donó dinero al gobierno estatal. Entre ellas dos hicieron y deshicieron, pues pertenecían al mismo partido, al PRI, y eran del mismo grupo político.

Lo hemos dicho hasta el cansancio, no es bueno el carro completo, porque se coluden todos y a final de cuentas el que paga es el ciudadano, con mal gobierno, corrupción tapada o tolerada y demás abusos de poder.

El grupo vilista insiste en el “carro completo” sin ver muchas veces que los candidatos que proponen son de lo peor, nefastos y corruptos.

Por el bien de Mérida y de Yucatán, es sano que, aun dentro del PAN, los cargos públicos los ostentes personas de diversos grupos políticos, para que exista un equilibrio de fuerzas, necesario para minimizar, no podemos decir que acabar, con actos de corrupción.

En el pecado pueden llevar la penitencia: Imponer un candidato a la fuerza puede llevarlos a una derrota impensada hasta ahora, para la alcaldía de Mérida. No jueguen con fuego, porque se pueden quemar.