CIUDAD DE MÉXICO, domingo 26/05/19.- De acuerdo a la revista científica Nature, se ha detectado, en diversas provincias chinas, un aumento sorpresivo en la emisión de triclorofluorocarbonos (CFC-11), un gas potencialmente dañino, en especial para la capa de ozono, lo cual presumiblemente viola leyes ambientales internacionales.

Además el año pasado, un observatorio atmosférico en Hawái, Estados Unidos, detectó también el repunte de los niveles de dicho compuesto, potente destructor del medio ambiente.

Todo indica que el sector de la construcción de este país usa clandestinamente el CFC-11 de forma masiva, lo que podría perjudicar la recuperación del manto protector de la Tierra.

El noreste de China ha multiplicado sus emisiones de CFC-11 hasta 13 mil 400 toneladas anuales entre 2014 y 2017, de acuerdo con medios internacionales.

La prueba definitiva la han aportado dos medidores situados en Corea del Sur y Japón. Al triangular sus datos y alimentar con ellos varios modelos de la circulación del aire han llegado hasta una decena de provincias chinas.

Autoridades chinas han reportado durante encuentros organizados por el Protocolo de Montreal que ya han identificado producciones ilegales de CFC-11 y han detenido a los implicados. Sin embargo las emisiones continúan.