MÉRIDA, Yucatán, viernes 03/05/19.- Los intensos rayos del Sol curten rostros y manos de los alarifes, que bañados en polvo, cal y cemento se apresuran a terminar la media jornada del 3 de mayo, “porque vamos a dar gracias a la Santa Cruz por el trabajo que tenemos y para que nos cuide porque nuestra labor a veces es de alto riesgo”.

Arriba, como bandera, una enorme cruz de madera envuelta en papel de colores y algunas flores adornan la obra, “es una tradición que seguimos los albañiles en México”, cuenta a EFE don Bernabé Chan Castañeda, secretario general del Sindicato de los Alarifes en Yucatán.

Un día antes, el grupo de albañiles elige a la persona “que se encargará de crear nuestro símbolo y adornarlo, “de manera que cuando lleguemos a la obra el Día de la Santa Cruz es lo primero que hará”.

El 3 de mayo es día de fiesta para los albañiles, “pero este 2019 estamos celebrando un poco inquietos porque aún no hay obra pública en el país y eso significa que tenemos mano de obra desocupada”, señala don Bernabé Chan.

Entre los ruidos de las palas, cucharas y algunas máquinas revolvedoras de cal, cemento, grava y agua que se encuentran en el Poniente de la ciudad de Mérida, donde construyen una universidad privada, agradece a Dios “porque sí tenemos trabajo”.

Sin embargo, el deseo más ferviente es que los albañiles tengan casa propia, “somos como los herreros que tenemos asador de palo”.

La paradoja le causa tristeza, “es que es el colmo que los alarifes que nos dedicamos a construir casas no tengamos una propia, porque el Infonavit no nos contempla como trabajadores”.

Para revertir esa situación, se están asesorando y hablando con funcionarios de gobierno y sindicales, “como nuestro trabajo es eventual, no podemos acceder a los puntos que pide el Infonavit”.

La promesa de los funcionarios es que “tratarán de que tomen en cuenta las semanas trabajadas y empecemos a acumular puntos y así tengamos acceso a una vivienda”.

Actualmente, los miembros del Sindicato de Alarifes de Yucatán no se quejan: “sí tenemos trabajo, poco pero sí hay, gracias a los proyectos de la Comuna de Mérida y a la iniciativa privada que construye hoteles, centros comerciales y viviendas”.

De hecho, se considera afortunado porque la crisis no es grave para los alarifes de Yucatán, “sabemos que en otras partes del país no hay obra pública ni privada”.

En México, “urge que arranque la obra pública, el gobierno federal aún no suelta proyectos que podría beneficiar a los albañiles”.

Su mirada se dirige a los fierros y trabajos de cimbra y colado que se realizan en la universidad privada, “comenzamos esta obra hace dos meses y creo que tendremos trabajo otros seis meses más, pero cuando se acabe, ¿qué haremos si no hay obra pública?”

Sobre los festejos del Día de la Santa Cruz, asegura que es una tradición que se celebra con algunos cambios: “antes los patrones o las empresas nos organizaban un festejo grande con refrescos, cervezas, chicharra, cochinita o mucha comida”.

Algunas compañías grandes incluso “rifaban artículos del hogar u otro tipo de regalos para los albañiles y nuestras familias; otras empresas organizaban misas en honor a la Santa Cruz”.

Ahora, el secretario general del Sindicato de Alarifes de Yucatán admite que las cosas cambiaron un poco: “no hay regalos, pero sí nos obsequian tacos de chicharra, refrescos y cervezas, todo depende de la economía del patrón”.

Don Bernabé Chan agradece a los alarifes “que están donde deben estar”, a pesar de las altas temperaturas que se registran en Yucatán (40 grados), pero sobre todo valora que sigan celebrando a su patrona: la Santa Cruz.

-Martha Esther López Huan