UMÁN, Yucatán, miércoles 10/04/19.– Como en todos los municipios del estado, la brujería es parte de “la cultura” de los yucatecos, sin embargo hay lugares donde es más recurrente utilizar este tipo de magia para lastimar a alguien, o bien para “amarrarlo”, tal es caso de Umán, donde la gente utiliza el cementerio para llevar al cabo su trabajo.

Umán, una ciudad en crecimiento, aún conserva fieles creyentes de estos actos de “santería” o “brujería”, de modo que a últimas fechas se han encontrado múltiples objetos del “mal” en el cementerio general de Santa Matilde.

Los trabajadores del sitio afirman que siempre ha ocurrido este tipo de actos, en la cual la gente suele tirar objetos en las tumbas o enterrarlas, sin embargo ya se ha vuelto constante esta práctica.

En días pasados encontraron en la sección dos del camposanto una bolsa negra sospechosa cerca de una de las tumbas y hallaron en su interior un par de velas con forma humana amarradas.

A lo largo de los años han descubierto desde pedazos de carne con alfileres y chile quemado, cruces de sal y muñecos vudú.

Para evitar este tipo de actos, se colocaron desde hace unos meses colocaron letreros en los que se prohibía introducir objetos o trabajos de brujería y a quien se le descubra sería turnado a las autoridades, sin embargo la medida no ha funcionado porque continúan llevando ese tipo de objetos.

Ahora, dos puertas del lugar se cerrarán a las cinco de la tarde y solo habrá acceso por la entrada principal, a fin de tener un poco más de control sobre quienes entran al cementerio general.

La curandería prevalece para satisfacer la necesidad de salud de las personas, cuyos encargados en las sanaciones, “en algunos casos ofrecen consultas baratas” y otros cobran “las perlas” de la Virgen.

La brujería como una creencia y/o práctica tiene una connotación, que en el caso de Yucatán es un arraigado ritual precolombino pero con influencia española, y en menor medida tiene mezcla africana.

Los yucatecos utilizan la magia blanca más comúnmente para “amarrar” al amor de su vida, y en otras ocasiones para lastimar a familiares o personas que les hicieron mal.