MÉRIDA, Yucatán, miércoles 06/03/19.– Investigadores del proyecto Gran Acuífero Maya (GAM), a través de la línea de estudio Chichén Itzá Subterráneo, redescubrieron la cueva Balamkú, que en lengua maya significa “dios jaguar”, en alusión al atributo divino que los antiguos mayas asociaron a ese animal que creían tenía la capacidad de entrar y salir del inframundo.

–Este es uno de los hallazgos más importantes en la historia de la investigación registrada en la zona arqueológica de Chichén Itzá –indicaron los especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

En el interior de la cueva Balamkú, ubicada en el Este del Castillo de Chichén Itzá, hay cientos de artefactos prehispánicos, “en su mayoría incensarios tipo Tláloc y vasijas que aún conservan restos carbonizados de alimentos, semillas, jade, concha y huesos, así como otros elementos que los antiguos mayas ofrendaron a sus dioses”.

Los investigadores comentaron que el santuario subterráneo fue descubierto fortuitamente hace más de 50 años por un grupo de ejidatarios, “pero la cerraron casi inmediatamente después de su hallazgo”.

–El santuario, que ayudará a reescribir la historia de Chichén Itzá, fue redescubierto por especialistas del proyecto Gran Acuífero Maya del INAH –explicaron Guillermo de Anda, investigador de la Coordinación Nacional de Arqueología del INAH y director del GAM, así como James Brady, profesor de la Universidad Estatal de California y codirector de la iniciativa.

Los cientos de artefactos arqueológicos hallados en Balamkú, que pertenecen a siete ofrendas documentadas, se encuentran en extraordinario estado de preservación “debido a que el contexto se mantuvo sellado por siglos. Contiene información invaluable relacionada con la formación y caída de la antigua Ciudad de los Brujos del Agua y sobre quiénes fueron los fundadores del sitio”.
El difícil acceso y la morfología de la cueva exacerban las cualidades sagradas del sitio, lo que hace inferir que se trata de un contexto netamente ritual, “ahora, ese lugar sagrado está custodiado por ejidatarios y personal del INAH”.

De acuerdo con una exploración preliminar, se calcula que los artefactos corresponden al Clásico Tardío (700-800 D.C.) y Clásico Terminal (800-1000 D.C.), pero no se descarta la posible presencia de materiales más antiguos, incluidos restos óseos humanos, debajo de los lodos y sedimentos.

La primera fase de la exploración incluye la creación de un modelo en 3D de la caverna y no se modificará el contexto, dada la minuciosidad con que se hará el registro digital y el mapeo de todo el sistema subterráneo.

El santuario, que se ubica a 24 metros bajo la tierra, ha sido recorrido en unos 450 metros, es decir, una tercera parte de su extensión.

La línea de investigación Chichen Itzá Subterráneo del proyecto Gran Acuífero Maya es una gran expedición multidisciplinaria a las entrañas de Chichén Itzá para investigar esa antigua ciudad a través de su geografía subterránea.