MÉRIDA, Yucatán, miércoles 27/02/19. – El matrimonio infantil en Yucatán aumenta año con año considerablemente debido a la combinación de pobreza, desigualdad de género y falta de protección de los derechos de los niños.

Si bien la situación conyugal de la población adolescente muestra que de los 226,171 habitantes yucatecos de 12 a 17 años, para 2015 el 96.2% era soltero, ahora es común los matrimonios en jóvenes, sobre todo en el interior del estado.

Los datos de la Coespo señalan que en ese año 1,710 ciudadanos estaban casados y 5,686 se encontraban en unión libre. Asimismo, 227 eran separados, divorciados o en viudez y se debe considerar que 920 adolescentes más se encontraban en el grupo de los no definidos.

El matrimonio infantil es fruto de una combinación de pobreza, desigualdad de género y falta de protección de los derechos de los niños, además de que las consecuencias del matrimonio infantil forzado son físicas, psicológicas y emocionales, además de sociales y económicas.

Respecto al porcentaje de contrayentes adolescentes de 12 a 17 años por sexo, los datos muestran una brecha amplia en los matrimonios, las casadas eran el 1.17%, y los hombres el 0.34%.

Las niñas casadas en la infancia tienen pocas probabilidades de asistir a la escuela, con frecuencia se las trata como adultas y muchas deben cargar con las funciones y responsabilidades de los mayores.

La situación conyugal de la población de 12 años y más en la entidad en el período 2010-2015, de acuerdo con datos del Censo General de Población y Vivienda 2010 y de la Encuesta Intercensal del Inegi 2015, registró aumentos absolutos y variados según el estado de unión.

Paralelamente, la población separada registra también un incremento elevado del orden del 36.6%, la que se encuentra en situación de divorciada el 12.8% y la viuda, con el 15.5%.

Cifras de organismos que lo analizan señalan que el 14% de las niñas en los países en vías de desarrollo se casará antes de cumplir los 15 años y una de cada tres lo habrá hecho antes de cumplir los 18 años.

Si la tendencia actual continúa, este problema afectará a más de 140 millones de niñas en 2020, que serán obligadas a contraer matrimonio forzado a edades tempranas, a menos que se impida.