MÉRIDA, Yucatán, jueves 20/12/18.- Debido a la alta demanda que tiene el pepino de mar en los mercados asiáticos, así como la depredación, el Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados (Cinvestav) buscan la producción del equinodermo en cautiverio con miras a establecer un tipo de acuacultura, tanto para su comercialización como para su reproducción en vida silvestre.

Miguel Ángel Olvera Novoa, encargado estación Cinvestav en Telchac Puerto, explicó que el objetivo de la investigación es desarrollar diferentes modelos tecnológicos, entre los que se encuentra la liberación de ejemplares para la repoblación para que posteriormente se pueda pescar, mientras que los otros rubros que se exploran son los cultivos en estanques o en jaulas.

Refirió que los investigadores de Yucatán tienen la primicia mundial en la reproducción de pepino de mar en cautiverio, pues lograron la domesticación, reproducción y cultivo de larvas del equinodermo antes que nadie, por lo que ahora atraviesan por la etapa de generar modelos de producción para transferirlos a las personas las estrategias para la crianza de los organismos que se produzcan.

Dentro de esta labor, también se pretende hacer de manera constante la repoblación de las zonas que han sido afectadas por la pesca furtiva, a través de la liberación de ejemplares juveniles con miras a brindar un servicio ambiental.

“Queremos llamar la atención también a la comunidad sobre la necesidad de proteger al pepino de mar. Estos organismos que liberamos, nosotros los reproducimos en la estación marina, son organismos que crecieron aquí con nosotros. Tenemos este proyecto de cultivo de pepino de mar desde hace 10 años. Desde el 2010 tenemos la reproducción controlada”, externó.

Según los expertos del Cinvestav, la propia comunidad de Telchac Puerto ha trabajado de manera activa en esta investigación, al grado que buscan establecer arrecifes artificiales para establecer un sitio de desarrollo del pepino de mar.

Dijo que esta estrategia se plantea como un medio de vida que las comunidades tengan sus granjas de pepino de mar, además de que los pescadores pretenden construir arrecifes artificiales o casitas cubanas como una mejora del hábitat para que estos puedan tener un mejor rendimiento en su pesca.

Aceptó que la crianza del pepino no ha sido fácil, pues afirmó que en cada etapa tuvieron que empezar de cero, ya sea para lograr que sobreviva, que se reproduzca y desarrollar estrategias de alimentación.

Sin embargo, comentó que por ahora se optimiza la supervivencia de los individuos para generar una mayor producción.

“Estamos muy confiados que, a lo mejor dentro de 5 años ya podríamos tener el resultado porque la etapa de engorda es prolongada porque son dos años que lleva el animal para llegar a la talla de comercialización que es lo que más o menos estimamos nosotros”, comentó.

Los especialistas liberaron ayer poco más de 100 ejemplares de pepino de mar, como un acercamiento a la labor que iniciaron y que se espera redunde en resultados benéficos para el ambiente y las comunidades pesqueras.