MÉRIDA, Yucatán, martes 13/11/18.- Aunque se sintió macho cuando apaleó a su novia, ahora el karateca Christian Contreras Domínguez es cobarde y quiere salir de la cárcel, a cambio de pagar las curaciones de Andrea, lo que deberá hacer si lo hallan culpable de feminicidio agravado en grado de tentativa.

Mañana miércoles se reanudará el proceso en contra de este sujeto y sus abogados defensores tratarán de que la juez crea en la honorabilidad de su cliente y, al parecer, para poner en duda que él la haya agredido.

Ayer publicamos que este sujeto es un enfermo mental, y que es un peligro para las mujeres pues padece de celos enfermisos, además de que es violento y por cualquier celo golpea agente e incluso fue expulsado de una escuela por agresivo. Está procesado por golpear en forma brutal a su pareja sentimental, Andrea Marisol Carrillo Mendoza.

Se le acusa de causarle múltiples lesiones, de las consideradas como que tardan en sanar más de 15 días, lo que impide que obtenga el detenido la posibilidad de obtener la libertad condicional.

Sin embargo, el karateca, a través de su defensa, pidió ser liberado porque no ponen en peligro la vida de la víctima.

De hecho, ofreció pagar el tratamiento a cambio de la modificación de la medida cautelar, es decir de que se le canjee la prisión preventiva por el uso de un localizador electrónico u otra media que no implique seguir preso.

Sin embargo, la parte afectada y la Fiscalía se oponen porque no se trata del tiempo en que duren en sanar, sino por la manera en que se las hicieron.

La juez del caso, Blanca Beatriz Bonilla González, avaló el argumento del representante de la víctima y negó el beneficio de la libertad a cambio del pago del tratamiento, el cual de todos modos pagará el karateca si es hallado culpable.

La defensa de este  sujeto también buscará que se reclasificarse el delito de feminicidio agravado en grado de tentativa, que se sanciona de 10 a 32 años de prisión, por el de lesiones, sancionado con menos severidad.

Al karateca se le practicaron exámenes toxicológicos que revelaron que en el momento de la brutal agresión, se encontraba intoxicado con marihuana y benzodiacepinas.

La pareja estaba en una casa ubicada en la calle 33 entrer 46 y 48 de la colonia “Benito Juárez” Norte, que, según afirma el defensor, es casa de los padres de su cliente.

La joven vio al novio revisando su computadora y cuando le preguntó qué era lo que hacía él se puso violento y le reclamó una fotografía que le había enviado un compañero de la escuela; le gritó que era una zorra, una cualquiera y comenzó a golpearla.

Al caer le dio de patadas, que trató de ahorcarla, después con una madera que agarró de la cocina le pegó con saña en distintas partes del cuerpo y también con un látigo que había en el lugar..

Ella llamó a una de sus tías, quien le dijo que pidiera un Uber y que se saliera de la casa. La joven logró escapar y al salir a la calle, elementos de la Secretaría de Seguridad Pública la auxiliaron al ver las huellas de los golpes y sangraba del oído derecho.

El agresor salió de la casa y trató de jalarla de nuevo hacia la residencia, por lo que los policías lo capturaron.