MÉRIDA, Yucatán, lunes 27/07/18.- Mientras gente que no ha sido electa por el pueblo ya presumen sus flamantes cargos como funcionarios de primer nivel de la Comuna meridana, los 18 ediles electos siguen con el amén en la boca, porque aún no les designas sus comisiones.

Cuando faltan cinco días para que asuman el cargo de ediles, los 18 regidores electos todavía no saben qué comisiones les encargarán y quienes presidirán esas comisiones.

Primero les dijeron que el 24 les dirías que comisiones tendrían, pero se los cambiaron y ahora les prometieron que será mañana martes cuando lo sepan. Esperemos que no haya tan corruptos como Rommel Uribe Capetillo, quien declinó presidir alguna comisión para hacer “bisnes” en desarrollo urbano, o tan flojos como José Luis Martínez Semerena, quien, además de ser muy flojo y faltar mucho a su trabajo como regidor de la Comuna, se vio envuelto en escándalos sexuales, como publicó oportunamente El Grillo.

Que tampoco haya flojos y corruptos, las dos cosas al mismo tiempo, como Víctor Sánchez Roca, quien en dos años dejó de vivir en la Colonia Obrera y se fue al norte de la ciudad y se compró una esposa de apellido de alcurnia.

Esperemos cosas buenas de estos nuevos ediles y que den más de hablar por su buen trabajo que por sus corrupciones, escándalos o por su flojera.

En la historia de las Comuna meridanas quedarán plasmados los nombres de Merari y Primo como dos flojos y corruptos y ojalá que su ejemplo no se propague como reguero de pólvora.